Entendemos por daños patrimoniales cuando alguno de nuestros bienes materiales se ven dañados por una tercera persona, ya sea o no de manera intencionada. Cuando esto ocurre y nuestro patrimonio se ve afectado, existen legislaciones y medidas que se pueden tomar para que, a partir de los daños, se pueda establecer una indemnización para el propietario.

Esto es una forma de garantizar que, a pesar de que un bien sufra algún tipo de avería, golpe o desgaste, el propietario recuperará todo el dinero que haya perdido a raíz de los daños. De esta forma, se sienta la base para que todos podamos acreditar lo sufrido y, a partir de ahí, recibir una compensación.

En el día de hoy queremos informaros sobre qué debéis hacer si, en algún momento, alguno de vuestros bienes sufre un daño o un desgaste excesivo. Para tratar este tema, debemos familiarizarnos con dos conceptos que serán decisivos en este proceso: daño emergente y lucro cesante.

¿Qué es el daño emergente?

El concepto de daño emergente hace referencia, básicamente, a cuánto costaría el arreglo del bien que se ha dañado. En este caso, también estaría recogido el caso en el que el arreglo no fuera posible; en tal caso, se pasaría directamente a la indemnización por daño emergente, en la cual estaría incluido el hecho de que el bien ha quedado tan dañado que no es posible su reparación.

De este modo, la indemnización, en cualquier caso, siempre tendrá en cuenta el valor del bien antes de que fuera dañado, así como los gastos de arreglo del mismo, en caso de que fuera necesario.

El otro concepto del que os hablábamos al principio, el lucro cesante, está también muy unido a este, sin embargo, no debemos confundirlos ya que son cuestiones totalmente distintas. Así, en el siguiente punto, trataremos este concepto para que podáis ver las diferencias (y uniones) entre lucro cesante y daño emergente.

¿Cómo nos afecta el lucro cesante?

El lucro cesante se tiene en cuenta si el dueño del bien ha dejado de ingresar dinero debido a que este bien ha sufrido algún daño.Pero, ¿qué es exactamente lucro cesante? En esos casos concretos donde hablamos de daños en bienes, el lucro cesante se traducirá en cierta cantidad de dinero a modo de indemnización. Esta cantidad de dinero la percibirá el propietario, por no haber podido ganar dinero durante el tiempo que su bien ha estado paralizado por el daño. Y, de hecho, ahí radica la diferencia.

La diferencia entre los dos conceptos

La diferencia radicaría en que , siempre que haya lucro cesante, habrá un daño emergente. Sin embargo, no siempre que haya un daño emergente habrá lucro cesante. Solo en el caso de que el propietario haya dejado de ingresar dinero debido al daño ocasionado en su bien, se daría la situación de lucro cesante.

Para entenderlo mejor, vamos a poner un ejemplo claro y sencillo, de forma que queden definidos ambos conceptos y su diferencia: lo que le sucedería a un empresario dueño de un food truck (furgoneta adaptada para servir comida en la vía pública).

En un determinado momento, el food truck es golpeado por otro coche estando estacionado y quedando la furgoneta en siniestro total sin posibilidad de arreglo. El propietario del food truck tendría derecho, a grandes rasgos, a dos indemnizaciones.

Por una parte, tendría derecho a una indemnización por daño emergente, ya que su vehículo ha quedado inutilizado y seriamente dañado, sin posibilidad de arreglo. Por otra parte, el propietario también tendría derecho a una indemnización por lucro cesante. Esto es debido a que, a partir del daño ocasionado, el negocio que se sostenía con el food truck ya no puede seguir saliendo a la calle y, por lo tanto, el propietario deja de percibir los ingresos que el vehículo le ocasionaba.

Esperamos haberos hecho ver de una forma fácil y clara qué son los conceptos de daño emergente y lucro cesante, de cara a que os puedan ayudar también a vosotros, así como en qué se diferencian uno del otro.