El aspecto físico es verdaderamente importante en la sociedad actual, dando lugar a numerosas operaciones con el objetivo de cumplir con las expectativas establecidas. Uno de los problemas más sufridos, sobre todo en los varones, es la conocida alopecia. Según estudios realizados por distintas empresas, cerca del 40% de los hombres españoles sufre esta enfermedad y casi un 60% tiene predisposición genética a sufrirla. Estos datos sitúan a España como el segundo país en lo que a alopecia se refiere.

Cada vez son más los hombres que empiezan a notar la caída del cabello con una edad más temprana, por lo que es recomendable acudir a un especialista para intentar frenarla. Sin embargo, cuando no hay vuelta atrás, son muchos los que se plantean llevar a cabo un implante de pelo que les solucione su problema. El exagerado precio del injerto capilar en nuestro país, es lo que ha llevado a gran parte de los afectados por la alopecia a desplazarse a Turquía, donde los costes son indudablemente más baratos.

En qué consiste un implante capilar

En la actualidad, el trasplante capilar es uno de los procedimientos más demandados y empleados, pues es de los más eficaces a la hora de combatir la enfermedad. Cuenta con la ventaja de ser verdaderamente eficaz y duradero, ofreciendo a los pacientes la seguridad de que los cabellos trasplantados jamás se caerán. La principal desventaja que presenta el injerto capilar es el largo y exhaustivo proceso que este conlleva. Sin embargo, es la solución más segura para evitar, de una vez por todas, la calvicie.

El procedimiento consiste, en resumidas cuentas, en utilizar los propios cabellos para el trasplante. Lo más habitual es trasladar cabellos de una zona fuerte del cuero cabelludo a la parte donde se ha producido la calvicie. De esa forma, se conseguirá tapar las zonas afectadas ya que los pelos insertados siguen creciendo de manera natural, ofreciendo un efecto más común. Aunque existen muchas técnicas, la más recomendada es la FUE al ser una de las más avanzadas del mercado.

Factores claves para un injerto capilar más barato en Turquía

Son muchos los factores que influyen a la hora de decantarse por viajar a Turquía con el fin de realizarse un injerto capilar. Sin ninguna duda, el dinero es uno de los motivos principales. En España, aquellos que deseen una implantación deberán pagar un precio desorbitado, cerca de 10.000 euros, muy difícil de costear para la mayor parte de la población. En cambio, Turquía ofrece precios mucho más asequibles para los bolsillos, ascendiendo el coste aproximado de una operación sobre los 2.600€.

El porqué del abaratamiento de precios viene derivado del bajo valor de la lira turca en comparación con el euro. A día de hoy, una lira turca equivale a 0,17 céntimos de euro. Una cantidad irrisoria que permite entender lo asequible del precio de la operación. Además, existen cientos de agencias especializadas en este tipo de viaje sanitario que ayudan al cliente a preparar todo el procedimiento, incluyendo vuelos, estancia, un intérprete y toda la operación junto con el tratamiento y seguimiento post intervención. Todo ello eleva un poco más el presupuesto final, aunque termina mereciendo la pena.

En Turquía es posible localizar cerca de 250 centros hospitalarios dedicados a los trasplantes capilares, convirtiendo al país turco en el principal destino turístico en cuanto a injertos capilares se refiere. Esta amplia y diversa oferta de centros sanitarios ha dado lugar a un duelo entre todas ellas, rivalizando por ofrecer los servicios y precios más asequibles del mercado. De hecho, algunos de los centros privados ostentan la Acreditación Internacional JCI que indica la extraordinaria calidad de centro. No obstante, en contra de lo que pueda parecer, esta diferencia de precio no repercute en la calidad.

En todos los centros es posible hallar especialistas y profesionales cualificados con largos años de experiencia en trasplantes capilares a sus espaldas. Toda esa experiencia se ve reflejada en la rapidez y eficiencia que demuestran estos profesionales a la hora de realizar los injertos, ya que suelen trabajar en equipo permitiendo trasladar los máximos folículos posibles en el menor tiempo. De hecho, el número asciende a 5.000 folículos, a diferencia de los 3000 que suelen implantarse en España. Asimismo, ofrecen garantías que pueden ascender a los 25 años dependiendo de la clínica en cuestión.

Otro de los motivos por el que el injerto capilar resulta tan barato en Turquía es que los salarios de los cirujanos turcos son bastante más bajos que los del resto de países europeos, debido a los precios de los bienes y servicios del país. A esto se le añade los bajos costes administrativos de los centros médicos turcos en comparación con los gastos de mantenimiento y administración de los hospitales y clínicas de España. Además, el no cobrar por folículos implantados sino por horas de trabajo permite conseguir estos precios tan asequibles.

Este turismo sanitario ha generado al país turco cerca de 900 millones de euros, haciéndolo resurgir de sus cenizas. Por este motivo, el gobierno decidió subvencionar a todos los centros que interviniesen a extranjeros en este tipo de casos, con el objetivo de mantener el incesante flujo de visitantes y unos precios increíblemente atractivos fuera de sus fronteras. Gracias a estos procedimientos han conseguido volver a colocar a Turquía en el punto de mira de cientos de visitantes, ya sea por sus implantes capilares o por la belleza que alberga su territorio.