Este jueves iba a ser para mí un día muy especial. Iba a presentar mi último libro, 150 miradas a Cáceres. Llevo preparando este acontecimiento hace mucho tiempo y nada me hubiera gustado más que hacerlo a lo grande, en Cánovas, en la Feria del Libro de Cáceres, este 23 de abril.

Sin embargo, el dichoso covid-19 y sus rigores lo harán imposible. No nos engañemos, a los periodistas nos gusta el contacto con el público y los lectores, algo que los finos llaman feedback. Todos tenemos un corazoncito y nos priva el reconocimiento, lo que en su justa medida es sano, pero que, en desmesura, se llama vanidad. La profesión tiene muchos amargores y pocas alegrías, por eso anhelo esos momentos de ligero relumbrón como el que estaba preparado para esta semana tan especial para la literatura.

Ya que no podré hacerlo personalmente, quisiera reconocer la ayuda de la escritora Pilar Galán, que me orientó, Eugenio Fuentes, prologuista y maestro narrativo, Paqui López Calvache, profesora y correctora, y Tomás González, autor de las fotografías de las cubiertas. 150 miradas a Cáceres es una selección de los artículos de esta Zona Zero de los últimos 13 años. En ellos se dibuja un aguafuerte de la vida en esta ciudad, pero muy lejano de esa ‘ciudad feliz’ que a algunos gusta tanto. Abundan los homenajes y la crítica, pero sin el uso del lanzallamas en el que algunos se sienten cómodos. Yo no. 150 miradas a Cáceres es un libro amable, cuyo objetivo es pintar una sonrisa en el lector. Para que eso sea posible, aunque los ejemplares en papel duerman el sueño de los justos en la Institución Cultural El Brocense, la Diputación de Cáceres va a colgar el contenido accesible para todos online. Si logro que el confinamiento le sea más leve a un solo lector ya me doy por satisfecho. Soy un escritor de otro tiempo y adoro el papel. El salto a lo virtual lo he hecho sin anestesia. El tú a tú con el lector tendrá que esperar. Refrán: ¡He venido a hablar de mi libro! (Paco Umbral).

*Periodista.