Como cada 18 de mayo, más de 37.000 museos de todo el mundo abrirán hoy sus puertas con la ilusión y la responsabilidad de conmemorar su mayor fiesta anual, el Día Internacional de los Museos (DIM). Desde que el Consejo Internacional de Museos (ICOM), organismo no gubernamental integrado en la Unesco, fijara en 1977 esta celebración, son millares las instituciones que se han ido añadiendo a la iniciativa, que busca centrar por un día la atención de toda la ciudadanía en estos centros culturales.

El lema de la celebración de este año Los museos como ejes culturales. El futuro de la tradición supone un acicate y una enorme responsabilidad para estas instituciones porque obliga a replantear en gran parte el papel que tienen tradicionalmente asumido en la sociedad. En este siglo XXI, los museos han rebasado ya sus límites físicos y el cometido que se les venía atribuyendo como depósitos de objetos de alto valor cultural, para sumar a esa importante función la de ejercer como verdaderos centros culturales comprometidos con las comunidades a las que sirven, actuando en el nivel local para enfrentar proactivamente los problemas y conflictos que surgen a escala global. Los museos tienen ante sí el reto de la glocalidad, el servicio a la comunidad humana en general utilizando para ello el discurso de la relación histórica entre lo local y lo global; se trata de luchar contra una cierta globalización cultural afirmando patrimonios culturales interculturales.

A través de sus colecciones y del legado que atesoran, de las tradiciones de todo tipo que encarnan, los museos tienen también la misión de crear nuevas tradiciones que sean significativas para las generaciones futuras y relevantes para un mundo contemporáneo que necesariamente debe perseguir valores como el pacifismo, la igualdad, la interculturalidad y la sostenibilidad, valores que el ICOM tiene como prioritarios para la redacción de la nueva definición de «museo» que se aprobará en su próxima conferencia general a celebrar en Kioto el próximo mes de septiembre.

Los museos extremeños, como no puede ser de otro modo, han de aspirar a constituirse en esos ejes culturales que necesitamos y a forjar las futuras tradiciones que, a través de la conservación de los aspectos fundamentales de la cultura que hemos heredado de las generaciones anteriores, creen nuevos valores positivos en el arte contemporáneo, en la ciencia, en los usos sociales, en la literatura y celebraciones populares, en la cultura del trabajo, en el respeto a la diversidad y en la igualdad de oportunidades. En este sentido, la Junta de Extremadura recogerá ese compromiso; más allá de constituirse en destinos turísticos de primer orden, museos extremeños como el Arqueológico de Badajoz, el Meiac, el Museo de Cáceres, el Museo Vostell Malpartida, o el Centro de Artes Visuales Helga de Alvear, han de perseguir ese objetivo de estar en el foco del desarrollo cultural de nuestra región influyendo positivamente en la generación de unos usos culturales sostenibles y respetuosos con nuestro patrimonio natural, cultural y, sobre todo, humano. La Consejería de Cultura e Igualdad trabaja para ello, no solo tratándose de los museos de su dependencia directa o de mayor importancia, sino también y muy especialmente respecto de los numerosos centros de interpretación y museos locales repartidos por toda la región, que han de asumir también esa misión de ejes culturales que muestren y generen nuestra rica cultura local a la sociedad global que nos mira y descubre en cada visitante, real o virtual, que recibimos.