Desde que se describió por primera vez la enfermedad de Alzheimer --actualmente y en cifras aproximadas significa el 60% de las demencias degenerativas diagnosticadas--, muchas son las cosas que han cambiado. El modelo científico que prevalecía en aquel entonces era el psicoanálisis y todo el comportamiento humano era explicado y descrito a través de los conceptos de Freud . En cierto modo, en las reuniones científicas de la época, se intentaba poner de actualidad otros argumentos teóricos más acordes a ciertas realidades. Una de las personas que quiso cambiar lo que había fue Alois Alzheimer , quien perseveró en intentar concienciar a la comunidad científica sobre un trastorno devastador, una enfermedad que se manifestaba ya con unos signos concretos y que era consecuencia de una serie de factores orgánicos del cerebro que nada tenían que ver con los modos de comprender, entonces, las enfermedades.

Quizás no deberíamos decir que los tiempos han cambiado a mejor dado que antes, en el modelo de sociedad existente, solamente interesaba lo científico de la enfermedad. Por suerte, ahora parece que interesan otros aspectos como el de intentar conseguir los tratamientos y los cuidados más especializados posibles a las personas que sufren algún tipo de enfermedad. Y sociedad y administración sí están bastante más concienciados sobre lo que esto significa. En Extremadura, lo que pretendemos con la continua apuesta en medios materiales y personales como nuestro Plan Integral de Atención Sociosanitaria al Deterioro Cognitivo (PIDEX), es continuar con esa concienciación antes aludida --a otros niveles por supuesto--, en los que el punto central sea llamar la atención sobre los cuidados particulares y especializados que precisan las personas con demencia.

XDURANTE ESTEx año y, desde el cargo que ocupo, he ido sabiendo y conociendo a nuevas personas a las que le han diagnosticado esta devastadora enfermedad y que me instan a seguir trabajando con el fin de conseguir un espacio de atención en nuestra región, que pueda proporcionar todo lo necesario, primero a los enfermos y después, a sus familias y a los profesionales en la medida adecuada y necesaria. Permitidme que os recuerde sólo dos casos:

Ana ... una extremeña de 50 años, casada y con cinco hijos, de siempre el motor de su hogar... la que siempre ha tomado las decisiones en la educación de los niños, la economía familiar, las relaciones familiares... Una demencia diagnosticada 5 años atrás, ha ocasionado que ahora precise de cuidados continuos; que no pueda alimentarse por sí sola, que no conozca a sus hijos y que le haya robado la oportunidad de continuar con su familia de la manera que cualquier persona de su edad hubiera querido.

José ... casado, seis hijos y 9 nietos, llegó a Extremadura hace 75 años, y desde entonces no paró de iniciar este y aquel trabajo para sacar a su gente adelante . Siempre fue una persona divertida, encantadora... La demencia tipo Alzheimer que le diagnosticaron 8 años atrás, provocó que su comportamiento cambiara y que la situación en su casa se volviera insostenible con su mujer, hijos y nietos...

Ana, José..., como tantas otras personas con esta enfermedad precisan ahora que su entorno, de algún modo, se ocupe de sus necesidades... Y concretando un poco más, se merecen que los cuidados que ahora hayan de recibir se correspondan con lo que su situación de enfermedad supone: la incapacidad para iniciar cualquier tipo de acto, sabiendo de una condición personal única, irrepetible y exclusiva.

Este sería el principal punto de partida y que habría de prevalecer en las atenciones a ofrecer llegado el caso. Pero no en todas las situaciones estos cuidados pueden darse en el domicilio de la persona. En muchas ocasiones es fuera de su hogar habitual y por motivos muy dispares, donde han de darse las necesarias atenciones a una enfermedad de estas características. Por ello, vamos a seguir apostando del mismo modo que hace 2 años cuando definimos el PIDEX y del que ahora son realidad 6 Consultas Especializadas en Deterioro Cognitivo; 26 espacios para tratamientos de estimulación cognitiva en centros de salud y 2 centros residenciales específicos para demencias, uno en Montijo y otro en Plasencia, el primero construido por Caja de Badajoz en el 2007 y en funcionamiento desde el año pasado, y el segundo construido por Caja de Extremadura en el 2008 y que lleva funcionando desde junio de este año, ambos cedidos a la Junta de Extremadura. En ellos, un total de 200 personas en régimen residencial y 40 en régimen de atención diurna se pueden beneficiar de una atención acorde a la sintomatología de la enfermedad que tienen. Dos centros que, sin lugar a dudas, habrán de evolucionar hacia la atención especializada en todos sus ámbitos y que, aunque no conseguirán curar la enfermedad, sí ayudarán a ofrecer lo más necesario para que situaciones como las de Ana y José sean consideradas de la mejor manera posible.

*Consejera de Sanidad y Dependencia.