La Nochevieja de 1984 se cerró la línea Plasencia-Astorga, y en consecuencia la continuidad de la Vía de la Plata de Sevilla a Gijón.

A esta línea se la calificó como "altamente deficitaria", y a la vez que se conocía la decisión del Consejo de Ministros se corría la voz de que no se iba a cerrar porque se estaba negociando su continuidad. Paradojas del Gobierno, con lo que no hubo oposición ciudadana. Durante esos 25 años se ha mantenido la ilusión en los ciudadanos que vivimos al lado de esa vía de que se iba a recuperar, lo hizo Aznar y luego Zapatero con su Plan Oeste y después los parlamentos regionales y una hipotética rectificación del PEIT.

Al día de hoy la maleza se ha apoderado de las vías y las estaciones y existe desde el 95 un acuerdo del Consejo de Ministros autorizando el levantamiento de las vías.

Con 25 años pasados es tiempo de estudiar ese calificativo de "altamente deficitaria" que se le dio, y la deriva de los transportes ferroviarios en España desde ese año.

Con datos del propio Ministerio de Fomento, publicados en su anuario, vemos que Renfe ha pasado de transportar 32 millones de toneladas de mercancías a 22, una pérdida del 33 por ciento, cuando el volumen de las mercancías totales transportadas en España se ha multiplicado por cinco.

El transporte de viajeros se liberaliza en el 2010 y las pérdidas de viajeros totales respecto a 1985 está sobre el 13,5 por ciento, a pesar de la construcción del AVE.

Extremadura tiene 730 kilómetros de vías, siendo con Murcia la única comunidad donde no existe ni un metro de vía electrificada o doble, signos de modernidad del ferrocarril.

En términos de contaminación y emisión de CO2, el tren es tres veces más eficaz energéticamente, la siniestralidad es prácticamente nula.

Los acuerdos suscritos por la Junta de Extremadura y Renfe y ADIF hace cuatro años han parcheado la situación del ferrocarril pero no han impulsado ni su mejora, ni mayor utilización significativa.

Es necesario abrir la Vía de la Plata para reparar un error histórico, pero también es necesaria una política nacional ferroviaria que lleve a tener unos datos de utilización como nuestros vecinos, no solo es cuestión de aportar dinero, sino de gestionar eficazmente un medio de transporte necesario.

Marcelino Blanco Rodríguez **

Cáceres