Desaparecido Enrique Fuentes Quintana , uno de los grandes divulgadores de la economía y artífice de los Pactos de La Moncloa que llevaron a España a la modernidad económica, quedan pocos maestros. Entre ellos, Ramón Tamames , Luis Angel Rojo y Juan Velarde , que acaba de cumplir sus primeros 80 años.

He conocido a pocas personas tan sabias y tan respetuosas con los demás como Juan Velarde. Con la ignorancia, no. Al menos con la de aquellos que alardean de saber sin saber nada. Desde sus famosas "libretillas" de pasta de hule negro, donde anotaba cada día sus reflexiones sobre los temas más dispares, siempre vistos desde la economía, hasta sus últimas obras, pasando por el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales o el Rey Juan Carlos, siempre ha estado oteando el horizonte de la economía, escribiendo para que le entendieran.

En estos días le he oído decir que el mundo de hoy es absolutamente diferente del de hace 60 años. La política, la economía, la tecnología, la sociedad, todo ha cambiado como si hubiéramos pasado del Neolítico al siglo XXI en unas semanas. El mérito de Juan Velarde ha sido estar siempre en la realidad, escuchar al menos tanto como lo que ha hablado, leer mucho más que casi nadie que yo conozca, asimilar cada uno de los conceptos y devolverlos de manera que todos podamos entenderlos como si lo que nos explicara, la economía de Ceuta, las obras de Jovellanos o de Flores de Lemus , el Estado del bienestar, el precio del crudo, la burbuja inmobiliaria o el problema de la enseñanza, fueran algo fácil, divertido e interesante. Velarde es una cabeza privilegiada, un lujo para una sociedad del conocimiento y hombre de una sola pieza. Nunca dejan de sorprenderme su sabiduría compartida con modestia, su curiosidad intelectual, su capacidad de trabajo y su vitalidad. Felicidades, maestro, 80 años no es nada. Y lo que queda.