Sin duda la semana ha estado marcada por el acuerdo de gobierno en Andalucía, el Partido Popular, Vox y Ciudadanos se han puesto de acuerdo y para hacerlo nos han sometido a todos los españoles y españolas (especifico porque los protagonistas eran los dirigentes en Madrid, aquel que se presentará a investidura no opinaba, y su vicepresidente tampoco) a una obrilla teatral que si no fuese por la gravedad de los temas que se escribieron en un documento estrambótico y regresivo me atrevería a calificar como una comedia de enredo, aunque en este caso el final era esperado y evidente. Resulta que un partido negoció con otro el gobierno de la Junta de Andalucía, para uno unas consejerías para el otro, otras, un reparto de toda la vida: tú presidente, yo vicepresidente. Ahora bien, para eso necesitan que un tercero les vote. El tercero no se habla con el segundo, pero uno y dos que gobernarán, tendrán que cumplir lo que dice el tres, si no, no salen los números, porque ganar las elecciones, no lo hicieron. El uno (Partido Popular) se ha erigido como el centro y repartidor de cordura entre el dos (Ciudadanos) y el tres (Vox). Un triángulo equilátero quieren ser.

Los tres juntos gobernarán Andalucía, encima de la mesa ya están sus acuerdos y propuestas, ¡y qué propuestas!

No sé a quien se ocurrió la idea de intentar engañarnos con enredos, con ¡uy! Yo con ese no me hablo, pero si me vota... ¿acaso los demás no sabemos contar? ¿No sabemos lo que es un acuerdo que hay que cumplir? Si gobiernan por lo mismo, serán lo mismo y no hay más. Las obrillas con asuntos tan serios resultan doblemente insultantes.

Mientras algunos hacen teatro, otros trabajan con discreción y tesón como caracteriza al gobierno de Guillermo Fernández Vara en nuestra región, con 40.000 desempleados menos, con 50.000 personas menos en las listas de espera en sanidad. La semana que viene se debatirán en la Asamblea de Extremadura los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Extremadura para el 2019, unos presupuestos que como se definieron en su presentación «están pensados para ser el proyecto de vida de los extremeños y extremeñas», dedicados a las clases medias, se incrementan en servicios sociales, en educación, en sanidad. En estos tres años se ha apostado por parte de la Junta de Extremadura por la estabilidad, por la negociación y el diálogo, se negoció presupuestos con el Partido Popular y con Podemos, pero sobre todo por el rigor y la seriedad. Extremadura y su interés primó por encima de todo. Veremos la semana que viene quien vota qué y a quién.

Hoy y siempre: ni un paso atrás.