Una de las satisfacciones más grandes como profesor de instituto, además de ayudar a los alumnos a que les entren las ganas de saber y de conocer para prender en ellos la llama del conocimiento, es abrirles el camino hacia nuevos horizontes donde ampliar sus fronteras y enriquecerse con el encuentro y adquisición de nuevas lenguas y nuevas culturas. Estamos ahora mismo, cuando se vislumbra cercano el final de curso, en plena tarea de visitar a las empresas y contactos que tenemos en Europa para poder facilitar un puesto a nuestros alumnos de ciclos formativos de Formación Profesional que se atreven a dar el paso, con absoluta valentía, de realizar la formación en centros de trabajo fuera de su instituto, alejado de su familia, de su pueblo, de su tierra...

Aunque parece que tiende a cambiar en un futuro, las becas Erasmus, sobre todo para los alumnos en prácticas de grado superior, no son demasiado cuantiosas económicamente, incluso debería decir que son bastante bajas, dependiendo del nivel de vida que tenga el país donde vayan a realizarla, y cuesta decidirse a comenzar la aventura, pero cuando el coordinador Erasmus José María Rodríguez y yo visitamos las empresas, y vemos y hablamos con los empresarios y con nuestros alumnos que se han lanzado a realizar tal enriquecedora aventura, nos sentimos muy orgullosos, y ni ellos ni nosotros nos arrepentimos un ápice de haberla provocado.

Tenemos grandes expectativas de lo que pueden hacer nuestros alumnos. Sus profesores se han encargado de prepararlos para conseguir un gran nivel en las empresas y nos llena de orgullo cuando comprobamos, in situ, lo bien que han trabajado, lo bien que han cumplido con su deber, y el listón tan alto que han dejado allí donde han realizado sus prácticas.

Después de recorrer Dublín, Londres, Bruselas, Praga, Cracovia y Milán estos días y haber recogido los informes de los directores de las diferentes empresas donde han trabajado nuestros alumnos, y haber recibido felicitaciones por parte de todos, me ha llamado la atención el cariño con que la directora de una de las empresas de Londres Icíar Fernández hablaba de sus dos alumnos, Emiliano y María, que, en un poco más de tres meses, se habían convertido en algo más que alumnos y trabajadores realizando sus prácticas. Nos decía, con los ojos húmedos, que no se iba a olvidar fácilmente de ellos.

También Ángel Corbacho Muro, Compliance Manager Europe de la empresa de Praga ABInBev, se ha implicado desde siempre, con gran complicidad y cariño, con nuestros alumnos y fue el artífice principal de que nuestros estudiantes realizaran sus prácticas en Praga.

Como buen extremeño que cruzó fronteras, quiere y se esfuerza en que otros extremeños de su tierra conquisten nuevos territorios.

Ángel nos tenías programadas todas las actividades, reuniones y encuentros con gran acierto y con amabilidad y cariño.

En ésta, nuestra reciente visita, al despedirnos en la plaza de Wenceslao, nos quedamos con la cara de satisfacción de nuestros alumnos por el deber cumplido, la cariñosa y afectuosa despedida de Ángel, y el penetrante olor de las flores de los lilos que rodean por completo toda la zona perimetral de la bellísima plaza.