Seguramente los vándalos no eran tan estúpidos como los que hoy día protagonizan actos vandálicos . Siempre ha habido gamberros, pero parece como si ahora nos sintiéramos más indefensos ante tanto insocial que campa a sus anchas por nuestros pueblos y ciudades.

Nada puede justificar una gamberrada de tan bajo y rastrero jaez como la que han llevado a cabo esos desalmados que han quemado la patera de mi buen amigo Emilio González. Se puede aceptar o no a la gente de otros mundos y otras culturas; se puede ser más o menos abierto; pero lo que no es admisible en modo alguno es que se destruya la obra de un artista, que es un símbolo del sufrimiento humano, sea el humano que sea y venga de donde venga.

No hay derecho a que gente tan magnífica como Quico Monterroso, en su pueblito de Aldeacentenera, y Emilio, artista cacereño, tengan que sufrir el ataque de unos cobardes que se amparan en las sombras para cometer su fechoría.

Una sencilla barcaza, una patera, que en su día portó las ilusiones y las vidas de unas pobres gentes que querían llegar a algún lugar para encontrar algo de consuelo para ellos y sus familias.

Sirvan estas palabras para enviar un mensaje de solidaridad a Quico y a Emilio. Muy cordialmente vuestra amiga.

M. Pilar Tornero Calderón **

Cáceres