Escritor

Joaquín Cuello, o sea, no cualquiera, ha salido al paso de la sentencia que le ha caído en desgracia a Ventura Duarte, y posteriormente sacado a puro guiñol, no sólo por un "importante medio de comunicación", como dice Joaquín, entre otras razones porque lo de importante no se mide por la tirada solo de un periódico, sino por más cosas, que en este caso es el diario Hoy de Badajoz, que suponemos que las tiene, pero no en exclusiva, pero que a veces se pasa, y parece El Caso de la mejor época, porque no quiero ni suponer que fueron a por la cabeza de Ventura Duarte, al que admiro profundamente y quiero y defiendo, como lo dije en su día, y ahora me ratifico tras el extenso artículo de Joaquín Cuello, admirable, porque además de ser Joaquín hombre muy equilibrado (no pueden decir lo mismo otros jueces y fiscales) e irreprochable, en el fondo y en la forma, con un despliegue argumental que parece sacado de un libro de Fromn y Jung juntos, cuya valoración tiene hasta una importante carga de duda, como es en el fondo todo lo humano que nos acontece.

Dicho esto, hay que decir que el diario del grupo vasco ha ido a hacer sangre con Ventura Duarte, un periódico de raíces católicas muy profundas, salvo que se haya pasado al batasunismo más despiadado, y se saque o muestre la cabeza de un presunto, por una sentencia que, porque la firma un juez o una jueza, no tiene porqué ir a misa, si seguimos la práctica cristiana de que el que esté libre de culpa arroje la primera piedra. Pero si la sentencia es cuando menos discutible, también se debiera tener en cuenta el infierno vivido por el sentenciado, que esto parece como no tenerse en cuenta, cuando se trata de una persona que lo ha debido vivir hasta la destrucción íntima de sí mismo, al verse de la noche a la mañana involucrado en unos hechos tan discutibles sobre los que Joaquín Cuello lanza amplias, profundas y doctoradas dudas.

Vaya por tanto mi piedad para el reo , que si tuvo alguna complacencia, hoy vive un calvario mucho mayor que la pena negra que le ha caído. Levántate, Ventura, y camina, porque ten por seguro que tus pecados te serán perdonados. Yo, como tengo tantos, sólo me detengo ante hechos consumados, y no en supuestos "abusos" que dan paso a otros, vergonzantes.