WEw l secretario regional de Comisiones Obreras, Julián Carretero, zanjó ayer el desencuentro que su sindicato y UGT han mantenido desde la pasada primavera después de que un rifirraje entre militantes derramara el vaso de la unidad de acción. Carretero dijo que la necesidad de colaboración entre los dos sindicatos mayoritarios se imponía, y más ante asuntos tan graves como el aumento de los accidentes de trabajo en Extremadura. Nunca es tarde si la dicha, y el motivo, son buenos. Con unidad de acción o sin unidad de acción, aunque si la hay mucho mejor, el goteo incesante de víctimas laborales es una alarma que resuena en todas las empresas extremeñas. No es admisible que una región con una de las menores tasas de actividad de España sufra, porcentualmente, más accidentes en el trabajo que las que tienen más actividad y, por tanto, más posibilidades de padecerlos. En los últimos dos meses ha muerto trabajando casi un obrero por semana; desde que se inició 2006 han perdido la vida en el tajo 12 personas. La Administración tiene también aquí responsabilidad que asumir. Los sindicatos han denunciado, aunque en honor a la verdad no han sido demasiado concretos, que los planes de prevención y sus revisiones son poco menos que objeto de mercadeo. Si a ello se le añade que faltan inspectores, el campo para los accidentes está abonado.