Es hora de que las cajas de ahorros tomen decisiones. Así lo dijo el lunes el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, refiriéndose al contexto nacional de fusiones e integraciones. Y así lo repitió ayer el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, circunscribiendo la petición al caso de Caja Extremadura y Caja Badajoz. Fernández Ordóñez advirtió de que buena parte de la estabilidad del sistema financiero español depende de que al menos 15 cajas de ahorros (una de cada tres) culminen su fusión con otras antes de primavera. Fernández Vara, por su parte, instó a los órganos de gobierno de las dos entidades líderes de la comunidad extremeña a que, antes de fin de año, comuniquen su decisión sobre la fusión a escala autonómica o sobre alianzas con otras cajas, para cumplir así el acuerdo unánime adoptado por PSOE y PP en la Asamblea. Una vez que los nuevos presidentes de las cajas extremeñas han tomado tierra ya no queda tiempo que perder. "O nos fusionamos o nos absorben", alertó en febrero pasado, el portavoz socialista en el Parlamento regional, Ignacio Sánchez Amor. Desde entonces, el escenario de integraciones se ha acelerado en España y el contexto cambia a velocidad de vértigo. Nuestra región no puede quedarse atrás. La decisión de los responsables de Caja Extremadura y Caja Badajoz sobre si la fórmula de integración entre ellas será simple o si apuestan por una alianza a mayores con entidades de otras comunidades es de vital trascendencia, pero también lo es que esta se produzca ya para evitar que la corriente pueda arrastrar a dos cajas saneadas y eficientes, pero excesivamente pequeñas.