XCxada día que pasa tengo la seguridad que los ciudadanos extremeños en general --y en particular los próximos a la ubicación de la refinería-- tienen la sensación de estar ante un proyecto empresarial de tal envergadura que no podemos dejar pasar de largo. Es verdad que algunos desde la convicción legítima, otros desde el egoísmo absoluto y otros desde el oportunismo político, han puesto seriamente en peligro este importante proyecto para nuestra región, ya para España. Hubo momentos en los que temí seriamente por este proyecto, sin embargo hoy, estoy absolutamente convencido que el sentido común, el deseo de prosperidad, la voluntad unánime de la inmensa mayoría de los ciudadanos apuestan porque los responsables políticos e instituciones, hagamos posible que este propósito, perfectamente asumible y compatible con el entorno, las personas y los cultivos, siga adelante.

Los agricultores y viticultores están llevando a cabo la reforma más importante de la historia que yo apoyo, se están modernizando las técnicas en la agricultura para abaratar costes, están comprando cientos de vibradores que reduce la mano de obra en la cogida de aceituna al 60%, se están instalando viñas en espalderas que limitará la cosecha de la vendimia al 20% porque todo se hará con cosechadoras. Será lógico que busquemos alternativas a esta nueva situación que reducirá miles los jornales.

A los viticultores, de los que no entiendo esta actitud tan beligerante, --por cierto actitud que les está perjudicando-- porque ellos mismos están poniendo en entredicho la calidad de sus propios productos, ¿por qué no preguntan a sus compañeros y amigos viticultores del condado en Huelva, del Penedés, del Priorato o de Castilla la Mancha, sobre si les afecta o no las refinerías próximas a sus explotaciones y, si les afecta para la imagen y posterior venta de sus productos? A la vista está que no, no sólo no les está afectando sino que además las están incrementando más y más por una razón muy sencilla, porque lo que venden es calidad y ésta no la da o quita una determinada imagen de un lugar con más o menos chimeneas. La calidad la da el producto, el buen hacer y, la capacidad de aplicar una buena elaboración, como todos sabemos.

Muchos actos, reuniones y convocatorias que se han celebrado en estos meses han supuesto una enorme satisfacción para los que, durante tantos años, hemos defendido la libertad de reunión, de expresión, de opinión y de manifestación, pudiendo comprobar hoy como, los que se opusieron históricamente al progreso --ellos mismos o sus antecesores--, enarbolan ahora la bandera de la libertad; ello supone, sin duda, un loable cambio; en este sentido me gustaría resaltar que cuando nosotros lo hacíamos era por la defensa de una sociedad más libre, más justa y más igualitaria y que, cuando ellos lo hacen ahora, es por unos intereses singulares, legítimos algunos, pero marcadamente materialistas otros.

En las reuniones de la Plataforma del No ninguna de las informaciones ofrecidas han sido capaces de documentar ni una sola de las acusaciones, riesgos o inconvenientes que dicen existen y, que a duras penas mantienen ya. Todo está basado en recortes de prensa, en documentación extraídos malintencionadamente de alguna página en internet, o de mentes ociosas que se dedican a escribir sobre lo que ellos imaginan, lo que no deja de ser un cuento.

Por otro lado en reuniones celebradas por la Plataforma del Si --a algunas he asistido-- nos encontramos con una implicación y complicidad de colectivos absolutamente cualificados y representativos de esta sociedad: UGT, CCOO, Patronal, colegios de profesionales, economistas --todos ellos valedores por su calificación profesional y conocedores del proyecto-- quienes han documentando y avalando su información con estudios científicos y técnicos adecuados que acreditan fehacientemente la incidencia positiva en la calidad de vida de los ciudadanos, como no puede ser de otra manera.

Esta conclusión, como responsable público y político, como ciudadano libre --libertad por cierto ganada a pulso-- me exige manifestarme clarísimamente a favor de este proyecto, y también decir, por esta convicción, que ya está bien de mentiras y falsedades. Cada día que pasa, se consolida más este proyecto, cada día más se va asumiendo por la ciudadanía hasta el extremo que sobrepasa el nivel de tolerancia o beneplácito al de la exigencia.

Hoy la inmensa mayoría de los ciudadanos, nos exigen que este proyecto no tenga marcha atrás; de hecho, para los responsables políticos e institucionales hoy sería absolutamente imposible evitarlo ya que se ha convertido en una reivindicación de los ciudadanos a los responsables públicos.

Hemos sido capaces de convencerles --explicarles y de darles todo tipo de justificación-- de las características, magnitudes y bonanzas de este proyecto. Ahora hemos pasado la barrera que nos sitúa en el firme compromiso; por lo tanto es necesario seguir adelante con el proyecto, su ubicación y todos los controles que sean necesarios para garantizar lo ya comprobado.

*Alcalde-presidente del Ayuntamientode Los Santos de Maimona