Si hay que creer a John de Zulueta, presidente del Círculo de Empresarios, hace una semana que los empresarios españoles no duermen tranquilos. Y por culpa de Pedro Sánchez, que los tiene consternados. El señor Zulueta sabe de lo que habla, naturalmente, porque es empresario y porque preside el Círculo de Empresarios, o sea que tiene autoridad para decir lo que ha dicho («Estamos consternados»), pero es incomprensible que no haya añadido que la consternación es por lo que es, es decir, por el acuerdo de Sánchez con Pablo Iglesias, que es lo que en realidad les quita el sueño (como podría quitarles también el apetito, por ejemplo).

Claro que si el acuerdo les quita ahora el sueño es porque el presidente Sánchez parece dispuesto a no dormir él tampoco, pues ya confesó hace un par de meses que no dormiría tranquilo si tuviera que gobernar con Iglesias. De hecho, el que ahora no sea así, el que su actitud con respecto a Iglesias haya cambiado, es la razón de que las negociaciones entre ambos se interpreten con suspicacia o de que estén provocando reacciones políticas sorprendentes. Así, nada más conocerse el acuerdo, cierto periodismo claramente favorable a Sánchez se preguntaba por la celeridad con que se habían iniciado los trámites, insinuando cierta desesperación, cierta impaciencia por gobernar. Y dos socialistas, uno expresidente del Gobierno y otro expresidente de Extremadura, lo han criticado a su manera. Felipe González: «No aceptaré un Gobierno que rompa la convivencia». ¿Y? ¿Qué va a hacer? Juan Carlos Rodríguez Ibarra: «Si se forma gobierno con independentistas y Podemos, me voy del PSOE». He aquí el ofrecimiento que le ha hecho el diputado Arnau Ramírez, también socialista: «En Ciudadanos buscan gente».

Pero la confesión de Sánchez sobre el insomnio que padecería gobernando con Iglesias sirvió al señor Zulueta para dar cuenta del ánimo de los empresarios españoles, que «dormirían más tranquilos», dijo. Pues bien, ahora que llevan una semana sin dormir, ya se sabe por qué: «Porque el efecto de Podemos sobre la economía va a ser devastador».

Y en las farmacias, encima, no venden somníferos sin receta.

*Funcionario.