THtace unos días, en un bar, fui testigo de una típica y pacífica disputa futbolística entre tres típicos y apacibles hinchas futboleros, uno del Barsa contra dos del Madrid. El culé defendía un pronóstico positivo sobre la futura integridad física de Messi para regresar a los terrenos de juego, y así volver a volver locos a los defensas merengues y sacar de quicio a los hinchas del Madrid; y ya de paso tocó la fibra sensible de sus contrincantes poniendo en duda el buen estado físico de Cristiano R. tras su última lesión.

Los hinchas del Madrid quitaban hierro al agorero culé argumentando que la lesión del delantero de torso troyano y embalada carrera no daría para escribir mucho en los diarios deportivos. Todos tiraban de fe más que de argumentos para rebatir al o a los contrarios.

Como digo, era una disputa pacífica, e incluso divertida, aunque no exenta de alguna exaltación lógica por parte de los antagonistas, algo que animó por un momento el ambiente. Por supuesto, si nuestros tres futboleros hubieran sido del mismo equipo, la disputa hubiese sido una conversación anodina, pero por otro lado no expuesta a reacciones frenéticas que generaran situaciones no deseadas.

Imagino qué ocurriría en la vida si en todo todos estuviésemos de acuerdo, o lo que es lo mismo, nadie contrariara a nadie. Supongo que significaría el verdadero orden del mundo, quizá fuese lo más parecido a un mundo feliz. Si, ya sé que esa felicidad es impensable, entre otras cosas porque el mundo está regido por ciclos más o menos pacíficos o violentos, provocados por decisiones de líderes magnánimos o sátrapas, y a saber con cual estaríamos todos de acuerdo.

Y ya puestos, imagino qué ocurría si todos los políticos estuviesen de acuerdo en todo. ¿Tendría España ya una perdurable Ley de Enseñanza? ¿Y una Ley del Aborto consolidada?

De momento, para lo único que se han puesto de acuerdo es para elegir a los ocho vocales del Consejo General del Poder Judicial que no son de procedencia judicial. Y no creo que lo hayan hecho precisamente para buscar el beneficio de los españoles.