Bruselas suprimirá a partir del 2007 las ayudas del fondo de cohesión para España. La exclusión supone dejar de recibir una cifra cercana a los 6.000 millones de euros netos anuales, que en el periodo de 14 años en el que el país reunía las condiciones para beneficiarse de ellos --tener un nivel de renta por debajo del 90% de la media-- ha sumado 20.411 millones (3,4 billones de pesetas).

Para entender esas ayudas hay que recordar que al entrar en la UE España abrió sus fronteras a Europa y eliminó las barreras arancelarias que protegían nuestra industria de las vecinas, mucho más potentes.

Las aportaciones del fondo de cohesión que van a desaparecer han supuesto un gran respaldo al crecimiento económico español, por lo que su ausencia se dejará notar. Pero su eliminación responde a la aplicación de unas normas que España aceptó y que establecían una fecha de caducidad. Lo que quizá no fue previsto por los gobernantes españoles es que si ahora superamos el 90% de la renta media europea no es sólo porque nuestro nivel de vida haya mejorado. En parte responde a un efecto puramente estadístico: la ampliación de la Unión Europea baja la renta media y hace que aparezcamos como más ricos.