Profesor

Con la experiencia de haberse colado gracias a falsedades, demostradas años después, en la presidencia autonómica de Castilla y León, volvió a colocarse unos años después, esta vez en parte a errores de bulto del contrario y con la inestimable ayuda de profesionales de las medias verdades y por apenas 300.000 votos en La Moncloa. La falta de una mayoría en 1996 le obligo a mostrarnos una de sus mejores caretas, la de vale todo con tal de gobernar , que tanto echan ahora en cara a otros, besándose y abrazándose con el PNV del Arzallus, hoy malditos y con los nacionalistas catalanes de CiU y Pujol.

Pasará a la historia como el presidente de Gobierno menos dialogante de los últimos 100 años. Falto de tacto y otras virtudes, apenas se ha reunido con los presidentes autonómicos, con lo cual la versión de las comunidades españolas imaginamos que las obtendría muy objetivas de los eternos aspirantes populares a gobernar Cataluña, País Vasco, Asturias, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria, Aragón, etcétera.

Fuera del país ha conseguido destrozar nuestros seculares lazos de unión con el mundo árabe, quienes tristemente no se explican cómo la vieja historia Al-andalus vaya en contra de ellos. Además de meternos en guerra con Irak, nos mosqueamos con Marruecos, etcétera. En Europa hemos pasado de ser un país de gente agradable a vecinos molestos y raritos que amamos antes a EEUU que al viejo continente. Si hay justicia histórica, míster Aznar, algún día, recogerá las tempestades de los malos vientos que ha ido sembrando y consintiendo estos años.

¡País demócrata y feliz gobernado a veces por personajes primos hermanos de Fernando VII!