La edad a la que se puede conducir un ciclomotor se ha convertido, los últimos años, en un mal debate. A finales de los 90 las autoridades de Tráfico abrieron progresivamente la mano para que los adolescentes pudieran acceder a su soñado vehículo de dos ruedas. La edad mínima para conducir ciclomotores se rebajó a los 14 años, y para compensarlo se dispuso que los futuros conductores tuvieran que pasar unas pruebas mínimas de aptitud, tanto físicas como de conocimientos elementales del código de circulación. La medida satisfizo a la industria y apenas tuvo resistencia entre las distintas administraciones. Pero nadie sopesó entonces que el aumento de los motoristas noveles implicaría más accidentes de tráfico, sobre todo en las calles de las ciudades más pobladas. Ahora ya hay datos significativos. El más relevante, de la Asociación de Prevención de Accidentes, es que entre octubre del 2005 y octubre del 2007 han muerto 211 conductores de ciclomotores, buena parte, adolescentes.

Hace tiempo que la Dirección General de Tráfico intenta que se imponga de nuevo que la edad mínima para montar un ciclomotor se eleve hasta los 15 años. La propuesta debía entrar en vigor en septiembre, pero se ha vuelto a aplazar. Los fabricantes han venido advirtiendo que esa medida --en un país tan motero como España-- puede hacer caer gravemente sus ventas, porque el ciclomotor es iniciático. Un argumento empresarial respetable, pero que, hoy por hoy, no debe pasar por delante del dato sobrecogedor de los muchos adolescentes que han perdido la vida los últimos años a los mandos de su primer vehículo de motor.