El proyecto de dotar a Cáceres de una infraestructura aérea básica ha vuelto a retomar el vuelo. Es una buena noticia que tras el parón de los dos últimos años motivado por la crisis económica, que hacía impensable plantear cualquier iniciativa que entrañase un gasto más allá de la estricta necesidad, la Fundación Cáceres Capital vuelva a avanzar en el proceso de creación del aeródromo junto al Hotel Palacio de Arenales, a escasa distancia de la ciudad.

Se trata de una iniciativa fundamental para la capital porque Cáceres es una auténtica excepción al carecer no ya de un aeródromo, sino de un campo de vuelo (los hay por todo el país) donde despegar o aterrizar en caso de emergencia. Y ello sin olvidar las posibilidades que se están perdiendo de cara a la actividad de congresos, al turismo o al desarrollo empresarial. Pero sobre todo, el aeródromo se relanza porque es perfectamente asumible: 2,7 millones de euros. Los terrenos serían cedidos por la Fundación Valhondo Calaff. El aeródromo cuenta ya con los parabienes de los organismos pertinentes puesto que las gestiones se realizaron desde febrero de 2010, cuando se anunció el proyecto, hasta la primavera de 2012, cuando se estancó. Falta la parte más crítica y por supuesto esencial: la obtención del dinero necesario, que requeriría un apoyo sustancial de las instituciones. Ojalá salga adelante.