TEtscuchaba estos días a una murga de Badajoz cantar que los empresarios de fuera vienen a reirse y a llevarse el dinero de los extremeños. Y no les falta ninguna razón. Desafortunadamente la historia nos suena. La última comedia, de producción malagueña, la ha protagonizado Hellit. La empresa que venía a Extremadura a hacer saltar por los aires el aeropuerto de Badajoz. Y así lo ha hecho. Tanto ha incumplido el contrato con la Junta, que el propio consejero de Fomento, Víctor del Moral , tildaba de "un montón" el número de errores de la compañía aérea.

Abel Pizarro , aquel joven y apuesto emprendedor llegaba a nuestra región con sus avioncillos debajo del brazo como si de coches se tratara para ponerlos a disposición de los ciudadanos a los precios más bajos que jamás habíamos conocido. El descubrimiento fue absoluto. De repente parecía que estábamos conectados al mundo por un coste competitivo. Se igualaban nuestros derechos y nuestras oportunidades a las del resto del país. Volar, en low cost, pero volar, era una realidad al alcance de todos.

Pero una vez más, la mala fortuna se cruzó en nuestro camino. Pronto llegaron los retrasos, las cancelaciones, los viajes en autobus a cambio del avión y la suspensión de vuelos. La frustración comenzó a adueñarse de los usuarios que iniciaron sus reclamaciones, 200 hasta el momento, y la cuestión pasó de la sala de espera del aeropuerto a la política. Rápidamente, la oposición comenzó a pedir a responsabilidades al más alto nivel. El punto de mira, Victor del Moral, el consejero de Fomento, que contemplaba cómo uno de sus proyectos estrella aterrizaba sin control para bajar a la tierra. Siete meses después, el engaño está consumado. Una fórmula que anunciaba exitosa le da ahora la espalda.

XEN EL AÑOx 2013, Extremadura vuelve a estar desconectada por el aire. El aeropuerto vuelve a la inactividad tras un período en el que la gente recuperó la ilusión por viajar rápido y barato. Incluso el AVE se empezaba a considerar un proyecto innecesario si el low cost aéreo daba resultados. Por ello, ha llegado el momento de poner los relojes a cero y tener en cuenta la experiencia vivida recientemente para a afrontar el modelo de gestión futuro. El objetivo, pensar en los ciudadanos y no en los grandes empresarios que ven negocio lucrativo en nuestra tierra. Hoy que todo está inventado y sin descubrir las américas, ¿no sería viable aplicar la fórmula de la subvención por pasajero, como ya se realiza en el transporte de autobús para los mayores? Sea cual sea la solución, lo mejor será no repetir errores del pasado.