Nos han dado duro y de todas formas. Desde que el pazguatismo se instaló en la sociedad, el deporte y la afición de algunos por zurrarnos la badana han corrido parejos a la manía por achacarnos a los cazadores los males ecológico-sociales. Leña al mono.

Pero pocas veces había leído un servidor un varapalo tan inconexo y absurdo como el que nos asestó el otro día la señora Rueda . Cuando lo leí no supe si reír de indignación o soltar una imprecación malsonante. Nervio y ansia. Qué barbaridad, señora mía. Se ha excedido usted sobremanera. No quisiera tenerla en mi desconsideración, pero la injustificada y deteriorada imagen que proyecta usted en su artículo de nosotros los cazadores nos condena irremediablemente a la sentina, el muladar y el reino del oprobio.

No puedo concebir, de sus indudables talento y bondad, que nos condene a todos los cazadores de modo tan mordaz, cáustico, drástico y despiadado. Vamos a ver.

Yo no estoy agazapado largos meses del año y aparezco ahora, en otoño, escopeta en mano y al lado mi triste perro. Camino erguido todo el año enarbolando mi condición cinegética sin pudor, al revés, me honro de ello; y nunca he visto a mi perra más contenta que cuando intuye la jornada de caza. No sabía yo que varios perros de caza juntos, rehala o recova, se denominaran también pandilla. Todos los días ampliamos el léxico, vaya por Dios.

De gastronomía sé poco, por frugal, aunque admiro a esos artistas hodiernos del fogón, la sartén y las especias. Respecto a lo de las juergas postcacería, será mejor no meneallo porque no es de recibo: Va a resultar que si alguno frecuenta putiferios, lupanares y casas de lenocinio, los demás también son huéspedes de izas, rabizas y colipoterras. ¡El acabose argumental!

Tal como lo expresa, no dudo de que sea difícil compartir con usted semejante pasión: "Ir matando animales por el campo". Parece ser que salimos por ahí echando plomo a diestro y siniestro. No dudo de que haya mastuerzos que aún no han comprendido que cazar es crear vida y aprovechar luego un mínimo porcentaje de ese fruto. Tontos y malos hay en cualquier sector social.

XSU IRONIAx, o sarcasmo, respecto al "ancestral y noble instinto de la depredación de la especie humana", puedo entenderlo, porque a muchísima gente una gota de sangre, y no digamos la de la caza o la del toro en la plaza, les pone los pelos como escarpias y se rilan corvas hacia el suelo. Una ojeadita..¡no, no! Una serena y reposada lectura de don José Ortega vendría de maravilla. De veras.

Lo peor viene ahora. Resulta que los cazadores somos propietarios agrícolas que hemos dedicado las ayudas comunitarias ¡a comprarnos escopetas y coches! Me he quedado anonadado, boquiabierto y estupefacto. No tengo ni pulso para comentar tamaño despropósito.

Zapateros, cardadores, taberneros, médicos, tundidores, magistrales, deanes, arrieros, barberos, curas párrocos, profesores, toreros, picadores, alabarderos y la Biblia en pasta de los oficios ha pateado gavias y besanas escopeta en brazos, y ahora resulta que hemos sido todos agricultores propietarios ¡Qué quiere que le diga!

Rematamos la faena en el tercio del ecologismo. Presumimos de ello, dice. Pues sí, mire. Si ecologista es el que se rasca la faltriquera para que bulla la vida silvestre, entonces los ecologistas somos nosotros, y los otros, los de las oenegés, están para poner el cazo y no son ni ecologistas ni ecolatristas ni nada.

Tendida a mi diestra, la perra menea inquieta el rabo mientras contempla cómo limpio mi escopeta, intuye que mañana iremos de caza y no puede disimular su contento. A su salud, y disculpe la molestia.

*Escritor