Miles de agricultores tomaron este martes las carreteras extremeñas para protestar y hacer visibles los problemas que atraviesa el campo, una jornada masiva que no provocó incidente alguno pero sí ocasionó notables retenciones de tráfico en algunas vías de comunicación de la región. Más 19.000 agricultores según los organizadores y 5.200 según la Delegación del Gobierno en Extremadura ocasionaron colas de vehículos de varios kilómetros en Navalmoral de la Mata, Almendralejo y Badajoz capital principalmente, viéndose afectadas las dos grandes autovías que atraviesan Extremadura de este a oeste y de norte a sur como son la autovía A-5 Madrid-Lisboa y la autovía A-66 Ruta de la Plata.

Sorprendió el alto grado de aceptación de los perjudicados, automovilistas y camioneros que, salvo excepciones, soportaron con paciencia los cortes de carretera, y llamó también la atención el grado de colaboración de los manifestantes con las Fuerzas de Seguridad del Estado comparado con los incidentes que tuvieron lugar en la protesta de Feval en Don Benito hace escasas tres semanas.

El objetivo del campo habrá que convenir que se logró, poner el tema de campo en la primera plana de la actualidad, y el papel representativo de las organizaciones agrarias fue el adecuado, movilizando a agricultores hasta en 12 emplazamientos diferentes a la vez y poniendo de relieve la fuerza que les acompaña cuando se trata de defender lo que les une.

El campo no puede perder la oportunidad que está teniendo, haciendo consciente a la ciudadanía de Extremadura y la del resto del país que la situación que atraviesa el sector primario lo hace insostenible en sí mismo. Los precios que se pagan por algunas producciones, en algún caso con importes menores a los de hace diez años, hace inviable cualquier explotación que, por contra, tiene que soportar una elevación de los costes constante en semillas, abonos, gasoil, seguros sociales, etc. Y eso va en contra de la España rural, lo que conlleva una bajada constante de la renta agraria --el año 2019 más de un 8%--, un abandono del campo y una temida España Vacía.

La misión del Gobierno es atender y sosegar el clamor despertado en toda España y aunque se aprecian ya pasos significativos que no se habían visto hasta ahora, queda aún camino que recorrer para conseguir que las diferentes medidas puestas encima de la mesa se cumplan y se hagan efectivas.