Hoy una parte de los sufridos españoles se debaten entre el "Calumnia que algo queda" y otra por el "Cuando el río suena agua lleva". Ahí está la clave de los acontecimientos que vivimos y que han llenado las puertas de las sedes del PP de ciudadanos furiosos que no les increpaban tanto desde el 11-M. Y no es que crea yo que muchos peperos no son increpables, aunque particularmente nunca lo haría, pero la verdad es que jamás vi tanta ira alrededor de las sedes del PSOE. Que cuando la derecha indigna es que indigna de verdad.

No se sostiene más esta situación de sospecha agónica favorecida por una Justicia ultralenta, un dirigente irresoluto: "Todo es mentira menos algunas cosas", un jefe de la oposición hipócrita, una opacidad administrativa culpable y una alergia total a las dimisiones. Una no entiende que si las informaciones aparecidas en prensa son bulos, --¿quién las dosifica?-- no se haya querellado ya el Partido Popular como tal y no se conforme con ese rosario de amenazas que comenzó Aznar y al que se han sumado en tardía procesión Rajoy o Cospedal , que no dijeron ni mu cuando eran otros los señalados y ahora quieren actuar judicialmente contra todos.

Tantas dudas, vacilaciones, asentimientos parciales, "esas no son las cuentas del partido Popular, no sé lo que serán", coincidencias extrañas: "que lo de Pío Escudero sea cierto no valida todo", tantas apelaciones al honor personal, tanta gente que pone la mano en el fuego por personas "honorabilísimas" suena a palabrería hueca.

Admito que cuesta defenderse contra la mentira anónima, pero hay verdades como puños. Y ahí está Sepúlveda trabajando para el PP, y un Bárcenas defendido hasta antes de ayer. El ciudadano se merece ¡Ya! dimisiones y rendimiento de responsabilidades o pruebas exculpatorias fidedignas. No la consabida retórica vana: "la sombra de la sombra de un indicio manipulado". Porque a estas alturas la presunción de inocencia de la clase política está más corrompida que el puente de Calcuta aquel corroído por una mezcla asquerosa de escupitajos, esputos y tabaco.