Una de las clases que más me entusiasmaron siempre, en la escuela y en el instituto, fue la de Ciencias Naturales y Biología, y es que el hecho de conocer el porqué de ciertos mecanismos y procesos de la naturaleza siempre me resultaron apasionantes. Aún guardo en mi memoria aquel diagrama del ciclo del agua --repleto de flechas-- que hoy evoco cuando a través de los medios de comunicación conozco los primeros casos estivales de restricciones de agua en Extremadura en la comarca de Tamuja y Deleitosa.

Es posible que en poco tiempo se incorporen algunas poblaciones más, lo que viene a corroborar que algo grave está pasando, no sólo en Extremadura sino en todo el territorio nacional. No soy yo de la opinión de que este tipo de situaciones es responsabilidad absoluta de las administraciones públicas, al menos en la parte que pueda influir el capítulo de educación del consumidor. Creo que hay que incidir más en las políticas de ahorro y de concienciación sobre el consumo de este bien escaso, no sólo en las aulas de los colegios sino también en la familia, en los centros de trabajo, en la calle... y en general en todos los ámbitos posibles. Sin duda todos los cambios que afectan al ciclo del agua, y por tanto a su sistema de autorregulación natural, son provocados por la mano del hombre y es en esa puja, donde la madre naturaleza no hace sino defenderse a través de un mecanismo de acción-reacción, similar a lo que está pasando de manera clara en otros procesos naturales como la desertificación, el cambio climático...

XYA NOSx decía en el siglo XIII san Francisco de Asís en su Cántico a las criaturas lo cuidadosos que habríamos de ser con la naturaleza, tratándola como a nuestra propia familia. Desgraciadamente la historia le está dando la razón y a nosotros nos debe servir de aprendizaje. En este sentido y sobre todo en zonas donde nos parezca impensable llegar a situaciones como las que viven hoy esas localidades, debemos tener presente que el hecho de que no se nos limite el consumo no nos da derecho a lavar los coches casi a diario, a poner aspersores en funcionamiento casi 24 horas al día, a llenar y vaciar piscinas en tiempo récord, y a otras situaciones que, de continuar haciéndose, provocaran de nuevo una alteración del ciclo. Es importante saber que el futuro de nuestros hijos se forja en gran medida en el presente y es por ello que hay que hacerlo más sustentable. Solo así conseguiremos que el manantial que hoy tenemos, mañana sea fuente de vida y también de sabiduría.

*Técnico en Desarrollo Rural