Si la necesaria disponibilidad del agua exigió que desde antiguo el ser humano construyera grandes y pequeñas obras hidráulicas, la reciente, y no tan reciente en algunos casos, contaminación de las mismas y la necesidad de regenerar el agua disponible, nos empuja hacia nuevas actuaciones encaminadas a conseguir una mejor calidad y mayor cantidad.

Si hasta hace poco tiempo se consideraba el agua un recurso abundante, al alcance de todos, hoy se plantea como un elemento clave que podría llegar a ser el detonante de conflictos internacionales, obligándonos incluso, a nivel nacional, a diseñar un nuevo marco económico financiero en el ámbito hidráulico, que impulse al ciudadano a tomar conciencia de su escasez e impedir su despilfarro.

Desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en el año que conmemoramos nuestro 50 aniversario, queremos hacer memoria, mirando a su vez hacia el futuro, exponiendo los que son y los que serán nuestros retos.

A lo largo de este año la gestión de nuestro río ha ido avanzando dentro de las pautas marcadas por la normativa nacional (PHN, fundamentalmente) y comunitaria.

Para hacer frente a la irregularidad (característica intrínseca a nuestro río) se han construido y se siguen construyendo obras de regulación que permiten y permitirán atender las demandas de agua con las garantías exigidas. La presa de Andévalo en Huelva, la regulación del canal del Zújar, del canal de Montijo y del canal de Lobón son buena prueba de lo dicho.

Pero si importantes son estas macroobras , no lo son menos las que se han venido realizando desde el organismo que presido para mejorar y actualizar las ya antiguas instalaciones de explotación, actuaciones que en la mayoría de los casos permiten un importante ahorro energético y una más fácil entrega de agua.

La calidad también ha dejado de ser la hermana pobre. La confederación es consciente de que en muchas ocasiones el poco cuidadoso uso del agua ha degradado determinados tramos de algunos ríos de la cuenca, lo que está obligando a un importante esfuerzo en evitar estas situaciones. Se están llevando a cabo, en el marco del Plan Hidrológico Nacional, inversiones tan importantes en materia de saneamiento y depuración como las que se están ejecutando en el entorno de Doñana, en la cuenca del Tinto, en las Vegas Bajas del Guadiana, en el río Guadajira...

Las obras de defensa contra avenidas y protección de márgenes han ocupado y continuarán ocupando un importante lugar en nuestra gestión, y no olvidamos ni olvidaremos fechas dramáticas en nuestra cuenca y trabajamos para que acontecimientos como los acaecidos no vuelvan a repetirse (estamos ejecutando las obras de defensa contra avenidas del arroyo Albarregas y próximamente iniciaremos las de defensa contra avenidas de los arroyos Rivilla y Calamón). En la mejora del abastecimiento poblacional también seguimos colaborando.

No puedo olvidar el Plan Hidrológico Forestal impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente y gestionado, plan que en este año está empezando a dar sus frutos a través de pequeñas-grandes obras.

Quizás el ciudadano desde su casa, desde su entorno, no perciba avances en materia hidráulica (el agua llega a su vida, en prinicipio, sin problema). Mi intención es que, al menos por un día, ese ciudadano perciba que desde distintos sectores y en mi caso desde el organismo que presido, se sigue año tras año trabajando para que "el problema del agua" se resuelva definitivamente.