TEtmpieza la celebración del congreso del PSOE que presidirá Guillermo Fernández Vara , y los preparativos se suceden al objeto de tener todo organizado, sin que se produzcan excesivos sobresaltos, cosa poco probable por el peso que tiene el aparato y por la propia estructura del partido. Si por algo se va a destacar este cónclave socialista es por la presentación de un gran número de enmiendas a la ponencia marco --un total de 6.000-- lo cual nos indica la buena participación de las bases en el ideario socialista, algo en lo que han contribuido en buena medida las nuevas tecnologías, permitiendo el acceso a los documentos y divulgándolos a través de los diferentes espacios virtuales y redes sociales con las que cuenta el partido.

La ponencia marco en la que ha trabajado Caldera , es un excelente documento de trabajo, una exhaustiva recopilación de inquietudes, intereses y propuestas de futuro, que esmeradamente redactadas han logrado condensar el sentir y el devenir de un partido, que no mira para otro lado, sino que está del lado de los ciudadanos. Las estrategias políticas que han marcado el desarrollo de la primera legislatura de Zapatero al frente del gobierno, con dosis de mucho coraje y un fuerte componente social, han orientado en gran medida los escenarios de futuro de los socialistas. Pero, sería demasiado pobre el quedarse en lo que ya está hecho y por ello --en mi opinión con aires de renovación-- se han tenido en cuenta los nuevos retos y desafíos que tiene la sociedad española. Se trata por tanto, de ir de la mano de la ciudadanía, teniendo en cuenta las inquietudes que hoy preocupan a la sociedad española y adelantándose en lo posible en las respuestas que puedan demandarse.

A priori, y teniendo en cuenta la importancia, no sólo de la ponencia, sino también del cambio que se presume pueda suponer este congreso, el presidente extremeño no lo tendrá nada fácil, y mucho habrá de trabajar para conducir los debates y orientar las propuestas de este congreso.