Más de seis horas de grabación con teléfono móvil y más de cien entrevistas de vecinos de Aldea Moret es el material empleado para obtener una radiografía del barrio elaborado, frase a frase y gesto a gesto, por sus propios protagonistas, y que se encierra en el documental ´Aldea DOC. Crónicas de Aldea Moret´, que está accesible en la web de este periódico.

Se trata de un magnífico trabajo. En primer lugar, por su calidad técnica; por el correcto empleo del lenguaje narrativo de los documentales --un género audiovisual que cada día cobra más importancia. En segundo lugar, porque rompe tópicos. Y no precisamente porque en él no se refleje la realidad dura que vive esa zona de Cáceres: sus muchas necesidades de infraestructuras; sus problemas de drogas; sus zonas de marginación; su difícil futuro. Nada nuevo, por tanto. Pero rompe moldes porque quienes hablan son personas como cualesquiera otras, que se expresan con las mismas palabras con las que se expresarían los vecinos de otra parte de la ciudad. Los vecinos de Aldea Moret son intercambiables con los del centro, La Mejostilla o el R-66. Por ello escapan al tópico de la marginalidad que se les atribuye y, sin quererlo, apuntan a que el tópico y los prejuicios está, como siempre, en los ojos del que mira.