Cual rifa de feria estacional de pueblo o ciudad, y como era de prever, y como habían previsto nuestros políticos, las escuelas se han abierto para cerrarlas, por partes, y por sorteo, en su mayoría. Por desgracia ésa era su mayor preocupación, no la docencia, ni la impartición de las distintas materias, exclusivamente poder seguir llevando en su mayoría a los niños al centro y que la actividad laboral, y social no parase, colapsando aún más nuestra maltrecha situación económica.

Fíjense que comparto la idea, garantizar la mayor asistencia presencial del alumnado, precisamente para no colapsar nuestra sociedad, y aunque personalmente hubiese apostado por el gasto público en docentes con ratios menores a quince alumnos, o por instaurar figuras profesionales y cualificadas sanitariamente en los centros, esto ya no tiene solución, por mucho que me haya quejado.

Sin embargo, porque si no lo critico me sale una úlcera, nuestras mentes pensantes en no parar la actividad laboral y social de “esta nuestra comunidad”, como diría algún Presidente de alguna Comunidad de Vecinos en alguna serie televisada, o simplemente responsable televisado o televisada, pensó en las “burbujas”, pero se olvidó de los envases.

Hablando en plata. Aíslo a un grupo burbuja. Muy bien. Qué hago con los niños aislados. Quién se queda con mi hijo aislado. Qué soy yo mientras me dicen que mi hijo está aislado por riesgo de contagio. Qué le digo al hermano de cuarto que no está aislado y a sus compañeros y amigos. Qué le digo a mi jefe por no ir a trabajar mientras cuido de mi hijo aislado, o mientras cuido de no contagiar al resto de mis compañeros por si acaso yo estoy infectado. Qué hago siendo el profesor del grupo burbuja aislado con mis hijos que están en otros centros, y qué les digo a los compañeros de ambos. Quién me firma la baja de un día para otro o quién me dice que no acuda a mi puesto de trabajo, o simplemente que me quede en casa en prevención. Respuesta, pruebas PCR, para los casos directos, el resto a. esperar a tener síntomas y “ya le llamaremos, si empeora, o si no ha fallecido en la espera”, pero nadie les soluciona la otra “papeleta”.

Nuestras buenas mentes pensantes han pensado en las burbujas que harán que nuestra vida social y económica no se interrumpa pero sin pensar en las consecuencias para aquellos que las producimos. Ni para las familias trabajadoras ni para los docentes y sus familias que serán los más aislados, confinados o mandados a cuarentena o no, porque si es todo un centro el cerrado, nadie está confinado ni aislado aunque así se haya mal interpretado. Sólo los contactos directos con los positivos.

Por favor, pónganse de acuerdo, Educación y Sanidad, y establezcan unos protocolos para todo el Estado y unas actuaciones comunes y claras para todos los casos. Que para hacer burbujitas en verano han tenido tiempo, pero para trabajar en la consecuencia de sus experimentos muy poquito.

Mientras en los colegios se sortean los cierres de aulas y de centros, cual boleto regalado cuando pasabas por la feria de tu pueblo para ganar un “perrito piloto”, a preguntarte si quién nos pilota no es el peluche de la feria.