TLta historia, sobradamente divulgada, es que un niño británico de 13 años, Alfie , con 1,20 metros de estatura, ha embarazado a su novia, Chantelle , de 15 que ha tenido una niña. Ella vive con sus padres y cinco hermanos, pero ya han sacado partido a la situación concediendo exclusivas, permitiendo fotografías y vídeos. Quieren que la niña les traiga un pan bajo el brazo.

En esta historia, ¿quién se hace cargo de la recién nacida? Los padres, desde luego que no, son unos niños, tendrán que hacerlo los abuelos maternos, ¡qué fácil! Porque tanto él como ella son menores y no pueden trabajar, la ley lo prohíbe.

En casos como éste, si los abuelos son creyentes, lo acatan, se sacrifican y la crían como a una hija. Pero si no es así, si consideran que los jóvenes padres no están preparados ni física ni psíquicamente para criar a un hijo, pensarán que es una aberración continuar el embarazo.

O no existía comunicación con sus padres, o no han recibido formación sexual en su centro educativo y eran unos completos desconocedores de las consecuencias de un instante de placer y de que él a los doce años era portador de espermatozoides lo suficientemente maduros como para fecundar un óvulo. Alfie y Chantelle jugaron a papás y mamás y lo han conseguido. Pero son incapaces de hacer frente a su situación actual. En estos casos, ¿no está justificado el aborto? ¿Qué le espera a este ser nacido de dos niños? No se puede echar toda la carga a los abuelos que serán los que tengan que criarla y educarla porque los padres están para que los eduquen y cuiden de ellos.

Viendo lo miniatura que es Alfie y lo aniñado que está, siendo malos, cabría pensar ¿Y si este chico no es el padre?, ¿y si la chica, más madura, es una promiscua que ha descubierto el placer del sexo y ha tenido contactos con algún adulto o adolescente mayor que este niño y le ha imputado a él el bombo?

Yo que los padres de Alfie mandaría hacer una prueba de ADN que estaría más justificada que la que mandó hacer Tita Cervera a su nieto.