La controversia de los premios Max de este año ha llegado hasta el honorífico concedido a Alfonso Sastre (Madrid, 20-2-1926) en reconocimiento a su "vasta aportación al teatro español". ¿Hay quien discuta esa aportación, durante 50 años, del autor de obras como Escuadra hacia la muerte, La mordaza, La cornada y El cuervo? ¿Hay quien discuta la justicia de haber sido galardonado, en 1986 y 1993, con sendos premios nacionales de teatro por La taberna fantástica y Jenofa Juncal ?

A juzgar por la polémica, sí hay quienes discuten a Sastre. Ahí está la oposición de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (ATV), que le califica de "un perfecto cabrón" indigno del Max honorífico, por su defensa del nacionalismo proetarra batasuna. Y es que Sastre, vecino de Hondarribia (Guipúzcoa) desde hace más de 25 años, ha confesado públicamente haber sido votante --"por supuesto"-- de HB.

Afiliado al PCE en 1962, Sastre se salió en 1974, cuando fue detenido, días después que su mujer, Eva Forest, a raíz del nunca aclarado atentado en la cafetería Rolando de la madrileña calle del Correo (murieron 12 personas). Sastre estuvo preso durante ocho meses, antes de ser amnistiado, y Forest, dos años y ocho meses, acusada también de participar en el asesinato de Carrero Blanco (jamás fue juzgada). Todo aquello marcó a Sastre de por vida.