WCwuando a finales de los años ochenta se decidió construir en nuestro país uno de los circuitos automovilísticos más modernos del mundo, se tuvieron que soportar críticas por esa decisión, que se incrementaron todavía más por los costes mal presupuestados.

Con el paso de los años, Montmeló se ha convertido en una instalación emblemática. De la mano del RACC, ha ayudado a mantener alto el prestigio deportivo de Cataluña y España: no hay día en el que no se realice alguna actividad en el circuito, pues está entre los trazados preferidos de las escuderías de Fórmula 1 y motos, además de otras actividades comerciales.

Montmeló ya era un gran centro de peregrinación de la afición del mundo del motor. Pero la pasión se ha desbordado con los éxitos del piloto asturiano Fernando Alonso, epicentro de una alonsomanía. Este fin de semana hay otra prueba de fuego para saber si, entre todos, somos capaces de acudir y salir de Montmeló con serenidad y fluidez. No es nada fácil conseguir que 115.000 personas entren y salgan de un lugar.