Periodista

La doble moción de censura a Fraga, aun sin prosperar --la mayoría absoluta del PP así lo garantizaba--, ya tiene consecuencias. Refleja la inmensa soledad del viejo presidente, precisamente cuando preparaba su retirada en paz, incluso con el visto bueno de sus adversarios --Beiras, entre ellos--, y sirve para recuperar el diálogo de dos fuerzas (PSdeG-PSOE y BNG) condenadas a entenderse para que en Galicia haya alternancia.

El pacto sobre el que trabajan, tanto desde Galicia como desde Madrid, pasa por reconocer el liderazgo del segundo partido que tenga más votos, ya que va a ser difícil que el PP abandone la primera posición, aunque pierda su hasta ahora confortable mayoría absoluta. El primer ensayo será en las municipales de mayo.