El sindicato CCOO ha convocado una jornada de luto y de protesta el próximo 13 de diciembre para llamar la atención sobre el incremento de la siniestralidad laboral en nuestra región, de triste actualidad después de que en la última semana dos jóvenes trabajadores menores de 25 años han perdido la vida en sendos accidentes. La jornada es oportuna aunque solo fuera por un hecho: el empleo baja, pero las muertes por accidente laboral suben: este año ya van cinco víctimas mortales más (14) que en todo el año pasado.

No se puede generalizar: cada accidente laboral tiene sus circunstancias, y unas veces tiene responsables y otras no. Criminalizar a los empresarios como responsables por omisión de todos los accidentes laborales sería tan injusto como hacerlo de los trabajadores, pero por encima de las polémicas y de la imputación de culpa de unos y de otros hay un hecho evidente: la mayoría de las víctimas son jóvenes, con escasa formación en el puesto y con contratos en precario, lo cual induce a concluir que la formación de los trabajadores no forma parte de las principales preocupaciones de algunos empresarios y que, además, en una situación de crisis la necesidad de empleo relaja las medidas de seguridad, precisamente aquello que, porque es mucho lo que el trabajador se juega, no debería relajarse. En este contexto, también cabe exigirle a los sindicatos mayor exigencia a los empresarios. Porque los sindicatos también están en las empresas y conocen su el nivel de las medidas de seguridad es el exigido y si se imparte la formación precisa para evitar siniestros,