TUtna nave espacial procedente de la Tierra llamada Phoenix ha llegado a Marte después de recorrer 679 millones de kilómetros durante nueve meses. Al parecer su propósito es encontrar agua, y por lo tanto, vida marciana. Y yo me pregunto: ¿para qué? Agua tenemos en la Tierra en abundancia --el 70% de la superficie terrestre--, ¿por qué buscarla fuera? También es cierto que está muy mal repartida y provoca conflictos entre los habitantes de distintas zonas del globo terráqueo, España es un ejemplo de ello. ¿No sería mejor que los señores de la NASA dejaran de darse esos gustazos soberbios mandando al espacio naves correveidiles que suelen terminar convertidas en chatarra cósmica y además cuestan un dineral, e invirtieran ese pastón en fabricar máquinas potabilizadoras y distribuidoras de agua para acabar con la sed que sufre gran parte de la humanidad?

Además, yo personalmente creo que con la que tenemos liada los terrestres con el tema de la inmigración, haber enviado esa nave es tentar a la mala suerte, ¿porque quién nos garantiza a nosotros que no sean los marcianos quienes al vernos descubran que existe un planeta más próspero que el suyo e intenten venir a la Tierra en pateras o cayucos siderales? Señores de la NASA, ojito con sus experimentos, que nos pueden salir más caros de lo que nos están saliendo. Luego nos vemos al señor Berlusconi sumido en el problemón de crear cárceles especiales para marcianos con la piel verde sin documentación. ¿Y Zapatero cómo llevaría a cabo su nueva política de inmigración? Porque si los marcianos son todos iguales y no somos capaces de distinguir a unos de otros, la falsificación de papeles estará a la orden del día, y a ver cómo los controlamos cuando empiecen a traer a la Tierra a su prole, tanta criatura clonada; y el problema se agrava si encima acostumbran a formar familias numerosas. Imagínense qué dirían entonces los agoreros de la España se rompe : "¡A las cruzadas, que España se marcianiza!".

Ahora, también cabe la posibilidad de que descubramos que Marte es algo así como Las Vegas en el sistema solar. Pues entonces nada, bienvenidos sean los marcianitos que se instalen en la Tierra con la billetera llena.