WAwunque el dato más visible en España de la subida del precio del barril del petróleo es que el gasóleo de automoción ya supera en el precio de un euro por un litro, los efectos de la escalada de los hidrocarburos para las economías occidentales aún no se han mostrado en su totalidad. Los precios al consumo en la mayoría de las economías que comparten el euro siguen subiendo, y los españoles, todavía más. En este contexto, empiezan a dispararse las alarmas sobre qué política monetaria aplicar en la eurozona, y no debiera descartarse un alza de los tipos de interés para equilibrar la inflación.

Este shock petrolero ha provocado que en España se modere la venta de carburantes de automoción. Según datos de Hacienda, la recaudación del impuesto especial que grava el combustible ha crecido apenas el 1,5% en el primer semestre del año.

El dato desmiente el tópico de que el principal beneficiario del alza de la gasolina es el Estado. Y, a su vez, también refleja el cambio de comportamiento de los consumidores ante precios abusivos. Razón de más para que el plan energético que el Gobierno va a presentar los próximos días tenga en cuenta a los consumidores y el contexto internacional en que nos hallamos.