T"Htola, ¿qué tal, amigo?", le dijo Bush a Zapatero en febrero del 2005 al inicio de una cumbre de la OTAN en Bruselas. Aquel fue su primer encuentro. El último, en noviembre pasado, en la cumbre del G-20, cuando Bush recibió a ZP a las puertas de la Casa Blanca con otro: "Hola, ¿qué tal estás, amigo?". Y poco más. Ambas administraciones aseguran que la colaboración en terrorismo o economía no se han resentido, pero el desencuentro fundamental sobre la guerra de Irak ha marcado irremisiblemente la relación política y diplomática de los dos presidentes. Obama se ha referido más veces a España en seis meses que Bush en una legislatura. La última vez, hace unos días, para ponernos como ejemplo de inversión y liderazgo en energías renovables. Antes, en su primer debate electoral, ya defendió a Zapatero como presidente del Gobierno de un país aliado frente a un McCain que había tenido dificultades para situarnos en el mapa de los amigos o los enemigos. Se entiende que el Gobierno español esperara el triunfo de Obama. Por proximidad política, pero también por la necesidad de restablecer la naturalidad en las relaciones. ¿Y dónde confluyen los intereses de los dos países en primer lugar? En la lucha contra el terrorismo está claro. Pero a Obama quizá le interese especialmente la capacidad de interlocución de España en el Magreb, con Marruecos y Argelia, que constituyen una de las fronteras políticas del integrismo. En el PSOE no descartan incluso que EEUU se sume como un actor más a la Alianza de Civilizaciones como tarjeta de presentación para el diálogo con Irán. El domingo, Zapatero ya le pedía que lidere la búsqueda de la paz en Oriente Próximo. Pero donde la colaboración puede estrecharse de verdad es en América Latina y sobre todo en Cuba. Cuando Obama devolvió a Zapatero su llamada de felicitación por ganar las elecciones, le pidió expresamente que le echara una mano en Cuba. España sería un aliado imprescindible si quiere introducir cambios en su relación con la isla. Aunque no será mañana, ni pasado, porque su prioridad es la economía.