Escritor
Tener amigos muy concienciados y comprometidos está dando lugar a llamadas chuscas que están teniendo una gran anormalidad. Por ejemplo, llamar a ese amigo que se llama Juan Margallo, me cuenta Murillo, que le está dando muchas sorpresas. Es decir, que lo llamas y pasa lo siguiente:
--¿Juan? ¿Eres Juan?
--Claro, coño, soy Juan.
--Oye, que soy Murillo, y te llamo para que hablemos del montaje de La paz...
--Precisamente me coges tratando de reivindicarla.
--Yo te hablo de La paz de Aristófanes, la obra que vamos a hacer en Mérida...
--Ah, oye Murillo, perdona pero estoy tendido en el suelo en la Castellana manifestándome contra la guerra y estamos en el simulacro de bombardeo...
--Perdona, hombre, pero a ver si nos vemos...
--Espera, que estoy haciendo la sirena advertidora...
--Vale. Oye, Margallo, qué bien te sale la sirena. Pareces la sirena misma, no la sirenita...
--Llámame luego...
Y Murillo vuelve a insistir:
--Margallo, ¿eres Margallo...?
--Claro, quién coño voy a ser...
--Soy Murillo, el Premio Lope de Vega del año 2003...
--Pero si soy Margallo, coño...
--Oye, por fin, cuándo nos vemos...
--Perdona, Murillo, pero le estoy tirando un huevo en este momento a Ruiz Gallardón...
Tienes unas horas de llamar muy malas...
--¿Y a qué hora te llamo que no le estés tirando un huevo a alguien?
--Llámame de madrugada...
--Pero sobre qué madrugada...
--Sobre las cuatro de la madrugada...
Y llega la madrugada:
--Margallo, oye Margallo...
--Pero coño, me llamas cuando he ligado una chavala muy concienciada de la ESO. Llama después de la guerra...