TEtstábamos cabe la carretera de Sevilla viendo pasar amotos que venían de Jerez cuando pasó un piquete municipal de los que cierran bibliotecas: "¿Qué a celebrar el centenario del Quijote?", chilló mi vecino que anda muy motivado con lo de los libros. Le mandé callar porque no nos dejaba escuchar bien las estampidas de las amotos . "¿Qué sería de Badajoz sin el paso anual de los moteros?", clamaba un curioso mientras arrancaba con sus manos una Honda imaginaria. Para que luego digan que en Badajoz no hay pruebas deportivas de élite .

Pasaban las amotos y los niños gritaban como posesos: "¡Más pistones y menos libros!" "¡Pedrosa por Cervantes!" Mi vecino optó por situarse en medio de la calzada con un Quijote en las manos: "¡Los nidos de antaño no tienen pájaros hogaño!" Y venga a dar la barrila con frases, refranes y trapisondas cervantinas. Y yo venga a chillarle: "¡Mi vecino, que no son centauros, que son de Parla y beben birras frescas!" ¿A quién se le ocurre empezar una cruzada cultural el mismo día en el que el Madrid ganó al Bar§a y Rossi le pegó una costillada a Sete ? ¿Es que no se puede pensar en otra cosa que no sea Quijote, Quijote y Quijote? El personal estaba con ganas de salir a escape después de cuatro días de lentas colas papales. Y llega mi vecino y se me pone a bautizar moteros con agua de la pila cervantina. "¿Por qué no esperas al Mira el Guadiana y te subes junto a González Barroso para leernos lo de los molinos y lo de las ovejas?" Los moteros venían desde La Albuera haciendo caballitos, derrapes y quema de gomas para impresionar a una ciudad que sólo se impresiona con grandes acontecimientos deportivos.

*Dramaturgo y directordel consorcio López de Ayala