Ana Obregón es tanto más locuaz como interesada en que los demás no se expresen. Después de que Interviú publicara grabaciones telefónicas hechas por orden del juez en las que pedía a su guardaespaldas que encargara darle una paliza a un presentador de televisión, quiso que se secuestrara a la revista. Ayer fue la vista de esta demanda y ni se presentó.