La que fuera candidata a la Alcaldía de Almendralejo por el Partido Popular, Ana Sánchez, ha abandonado la formación para la que pidió el voto hace apenas cinco meses, pero se queda con el escaño obtenido al formar parte de la lista del PP.

En el último pleno de la corporación, Sánchez pidió y obtuvo --está en su derecho; otra cosa es su derecho ´político´-- su adscripción como concejal no adscrita y se enredó en justificaciones sobre si no busca dinero (ahora recibirá más que antes), aunque dijo necesitarlo porque tiene que hacer fotocopias y vestirse (sic) para las ocasiones, "entre otros gastos". Como se ve, todo un programa de defensa de la ciudadanía.

Lo cierto es que Sánchez es el último ejemplo de tránsfuga que, según el Diccionario es "Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato".

El transfuguismo es una malversación de la representatividad política y una burla a los ciudadanos que depositaron la confianza en unas personas que se presentaron por un partido. Los partidos políticos están comprometidos con un pacto anti-transfuguismo, pero por lo que se ve ese pacto no es lo suficientemente vigoroso porque no ha logrado impedir que el tránsfuga tenga, además, premio.