El 29 de julio de 1943 la antigua Escuela de Veterinaria pasó a denominarse Facultad de Veterinaria y un año después se nombró a San Francisco de Asís patrón de los veterinarios. Juan Pablo II , en 1980, le proclamó patrono de los animales y de los ecologistas.

Francisco de Asís , cuyo nombre de pila era Giovanni di Bernardone, nació en 1182 en Asís (Italia). Los historiadores cuentan que hablaba con los animales, a los que llamaba hermanos. Todas las especies le escuchaban y obedecían sus órdenes, entre ellas las golondrinas, que le seguían en bandadas y formaban una cruz por encima de donde él predicaba. Relatan las crónicas que en la localidad de Gubbio rondaba un lobo feroz que mataba con saña a los animales domésticos e incluso acechaba a las personas. Apareció por el lugar Francisco de Asís para transmitir la fe católica y los ciudadanos le comentaron angustiados el problema tan tremendo que suponía el animal salvaje. Francisco decidió ir al bosque al encuentro del lobo; habló con él y le suplicó que dejara de hacer tanto daño a los habitantes de Gubbio; a cambio ellos le proporcionarían el alimento diario. El lobo asintió dándole la pata y pasó a ser un miembro más de la comunidad.

XLOS ANIMALESx domésticos permanecen unidos directamente a la especie elegida casi desde su nacimiento como tales. Han sido una ayuda indispensable para nuestra supervivencia y en algunos casos constituyen una fuente directa de alimento para el hombre, sin olvidar que en tiempos pretéritos fueron una herramienta de trabajo imprescindible para conseguir el sustento. Además, algunos nos proporcionan compañía --tan importante en los tiempos en que vivimos-- e incluso actúan como nuestros ángeles de la guarda; otros sirven como modelo para el estudio de nuevas sustancias terapéuticas y ensayos quirúrgicos, que posteriormente se emplearán para mejorar la salud del hombre. Todo a cambio de muy poco.

Enrique Castellá , a la sazón profesor de farmacología en la Facultad de Veterinaria de Madrid, en una de sus clases nos contó a los alumnos que estando de veterinario rural, en la localidad que ejercía la profesión una epidemia devastadora se llevó por delante a gran cantidad de sus habitantes. Uno de los supervivientes le hizo el siguiente comentario: "Don Enrique, menos mal que la epidemia entró por las personas, que si entra por los animales nos morimos todos". Eran épocas en que el sustento de una familia entera dependía de un par de mulas que ayudaban al hombre en el campo y de un rumiante que proporcionaba leche para los niños y los enfermos. Carlos Gumpert dice que la entrada en la mentalidad moderna, a partir del siglo XVIII, no sólo acarrea la imposición del criterio racional sobre cualquier otro, sino sobre todo un radical cambio en la apreciación humana del mundo animal. Denomina al proceso "humanización del mundo animal" y dice que discurre en paralelo con la conciencia de la "animalización del ser humano en la sociedad moderna".

En la especie humana, cada miles o millones de nacimientos aparece una persona con unas capacidades que sobrepasan de manera extraordinaria las del individuo común: es la denominada genio . Ahí están Wolfgang Amadeus Mozart, Albert Einstein o nuestro Lope de Vega , por citar algunos ejemplos. En los animales sucede exactamente lo mismo. Aunque se conocen muchos casos de superdotados en el mundo animal, voy a referirme al último del que tengo noticias: David Dosa es un médico geriatra que ejerce su profesión en la tercera planta de una residencia de ancianos de Rhode Island (EEUU), donde se encuentran los enfermos terminales. El doctor cuenta que antes de los ochenta del siglo pasado no se conocía la terapia asistida con animales y las mascotas no tenían cabida en los centros sanitarios; pero se descubrió que los ancianos, con o sin problemas de memoria, que vivían en residencias se sentían menos deprimidos y solitarios con la compañía de un animal. Oscar es uno de los gatos que se encuentran deambulando por la tercera planta de la residencia. En general es insociable con las personas, pero tiene un don: sabe cuando una vida humana se aproxima a su final, es capaz de prever la muerte de un paciente incluso antes que los médicos detecten signos clínicos de ella y se convierte así en un fiel compañero no sólo del enfermo sino también de sus familiares. El doctor Dosa señala con resignación que resulta un poco desmoralizador pensar que estás por debajo de un gato en el escalafón médico. ¿El comportamiento de Oscar se debe a la casualidad? Albert Einstein dijo que "las casualidades son el modo que tiene Dios de permanecer en el anonimato". En fin, con el presente artículo quiero rendir un sincero y caluroso homenaje a nuestros hermanos los animales y a mis queridos compañeros de la profesión veterinaria.

*Catedrático de la Facultadde Veterinaria de la Uex.