Dramaturgo

El año que empieza no parece traer paréntesis. Todo indica que será continuación, más de lo mismo y una sucesión de interrogaciones lo cierra. El año tampoco es moco de pavo, trae unas elecciones generales, una boda principesca, dos retos nacionalistas y un europeo de fútbol. Yo empezaría por el final si me dejasen programar un año. No hay nada como un campeonato de fútbol para meter de rondón otras cuestiones, a los argentinos le vino de perillas cuando se estaban tragando los sables de la dictadura y la metralla de Las Malvinas. Pero el europeo de fútbol viene después y con una hora de retraso ya que se juega en Portugal. A falta de fútbol tenemos boda. Da lo mismo sustituir en el control del zaping la mano del futbolero forofo por la mano del monárquico furibundo que llorará igual que si hubiera conseguido la copa cuando Letizia diga si quiero y el Príncipe mire a su padre para decirle ´pues p´adelante con los faroles´.

De las elecciones generales qué les voy a comentar que no sepan, Aznar se va, viene Rajoy y Zapatero tiene la oportunidad de quitarle la máscara a quienes intentando salvar a España de no sé qué, encabronan a los españoles. Marzo siempre ha sido un mes jodido (el año pasado fue el mes del inicio de la guerra de Irak) y sospecho que no va a ser distinto y que el resultado de las elecciones no gustará a nadie. De ese resultado o sobre ese resultado gravitan los dos retos nacionalistas, el de Ibarretxe y el de Maragall, salvando las diferencias. Y ahí a a estar la madre del cordero. ¿Quién es el cerebro que ha inspirado todo el proceso matrimonial de Zarzuela? ¿No podían ficharle para programar las elecciones generales?