Es tradicional empezar el año con buenos deseos, comilonas, regalos y celebraciones en las calles. La Navidad se prolonga como si no quisiéramos que acabara la fiesta, y aunque el cuerpo aguanta ya poca azúcar, menos grasa y cero alcohol, todavía nos queda ese seis de enero de ilusión, roscón y despedidas. Y prolongamos el modo vacación cuando a la vacación ya no le queda nada, porque nos deprime que se vayan los nuestros, porque el tiempo que pasan con nosotros nos parece cada vez más breve y porque la felicidad con mayúscula se escribe siempre en letra minúscula. Llegarán los magos y encenderán de ilusión la vida de los niños y de sus mayores. Después se apagarán las luces y partirán los que habían vuelto. Y mientras, los que tenemos la fortuna inmensa de vivir un hogar en paz, constatamos con desasosiego cómo el mundo que se nos prepara se ve cada vez más asediado por la violencia, la intolerancia, la polarización extremista y la oposición radical e insultante a todo el que piense lo contrario.

Es cierto que muchos amigos y familias evitan cada vez más hablar de política, y que para preservar la paz interior y exterior, en algunas casas, cada vez se ven menos informativos. Porque 2020 se encara, al menos por casi la mitad de los españoles, con un marcado pesimismo. La investidura que se está llevando a cabo supone, si no para un 95 por ciento, como profetizó el protagonista, al menos para millones de votantes conservadores o de centro, un cúmulo de disparates, humillaciones y amenazas. Mas lo peor no es, con ser malo, lo que está pasando en casa. Lo peor es que el mundo se enfrenta a tiempos de guerra global, casi sin que nos apercibamos, enfrascados, entusiasmados algunos y otros espeluznados como estamos con los tejemanejes de nuestros raquíticos mandatarios. EEUU asesina a un general iraní y la trascendencia del crimen se diluye entre críticas a decisiones judiciales de los eternos ofendiditos, que más recuerdan peleas de bares que política. Pues muy bien. Esperemos que el año sea mejor de lo que entre unos y otros nos están preparando.

*Profesora.