El 24 de marzo de 2018, de 20.30 a 21.30 horas, miles de monumentos de toda la Tierra apagaron su iluminación artística para sumarse a la concienciación de que el exceso de consumo de energía eléctrica es --científicamente comprobado-- perjudicial para el medio ambiente, para el hombre y para los animales.

Sin embargo, la iluminación de la ciudad antigua de Cáceres --a más patrimonio de la humanidad-- permaneció encendida como cualquier día.

¿Cuál es el organismo o corporación responsable de conocer tal iniciativa; o lo que es peor, de conocerla --era de dominio público-- y no unirse a ella?

Por cierto, también en el citado día, la fachada de la mansión de Puigdemont en Waterloo estuvo iluminada mientras él andaba por Alemania --donde fue detenido--, de vuelta a casa.

Y así va la cosa: unos que no se enteran --o sí-- de que se celebra ‘La hora del planeta’ y otro que es aprehendido por vivir en su ‘virtual planeta’ envuelto en una «atmósfera ilegal».