Pintor

El 90% de ciudadanos norteamericanos son creyentes. Su presidente, un discapacitado moral, proclama la fe mientras lanza amenazas de muerte, sangre y destrucción.

¿En qué Dios creerán? Los habitantes de la vieja Europa, agnóstica y antigua en la duda, pero que aún abrigan ciertas esperanzas en la cultura y el respeto a la vida; se pierden en un mar de perplejidades. Pero todo ya parece decidido, iniciamos un futuro improbable y abismal, preapocalíptico. Las guerras siempre planean las mismas cabezas, las de los desprotegidos, las de los humildes. Los que manejan la caja de los truenos ya hace noches que reciben la visita de los fantasmas de sus próximos muertos; dormirán tranquilos, tiene la conciencia sosegada; actúan en nombre de Dios ¿Pero qué Dios?