El penúltimo lugar que ha ocupado España en el Festival de Eurovisión debería hacer reflexionar a RTVE si merece la pena que sigamos participando en un concurso en el que se ha hecho imposible volver a ocupar puestos de honor desde la entrada en él de los países del Este. Este año ha sido especialmente injusto, pues nuestra canción era buena y nuestra intérprete, también. Soraya no se merecía ese 24º lugar. España, a través del ente público RTVE, debería revitalizar el festival latinoamericano de la OTI y, además, promover un nuevo festival de canción mediterránea, donde solo participen los países ribereños del Mare Nostrum. En estos festivales, además, deberían establecerse unas normas estrictas para concursar, pues es injusto que puedan participar en ellos cantantes consagrados y principiantes al mismo tiempo. Debería establecerse un número máximo de discos en el mercado para concurrir a estos festivales, pues solo así serían verdaderamente útiles para relanzar a nuevas promesas de la canción. Mientras Eurovisión continúe con la misma composición y reglas que ahora, no merece la pena que sigamos gastando dinero en una plataforma que solo nos humilla. Apostemos por la OTI y por un nuevo festival mediterráneo.

Francisco Muñoz Sánchez **

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