El ser humano es inconformista por naturaleza. Y quizá esa característica, esa necesidad de andar conquistando siempre nuevas cumbres, sea el motivo fundamental de que no se haya detenido en su evolución a lo largo de la historia. Pero puede que, también, lo sea de la permanente sensación de frustración que le aqueja, de esa felicidad incompleta que se inflama cuando todo gira en torno al anhelo.

Hay personas más propensas a valorar lo bueno que la vida les va regalando. Y otras que no alcanzan a saborearla nunca, porque siempre andan enredadas pensando en lo que vendrá después. Pero la mayoría de la gente pasa por momentos de seguridad y alegría, y por otras épocas en las que le invaden las dudas, la incertidumbre o el miedo al mañana.

Normalmente, esas sensaciones se van entrecruzando a lo largo de los días, sin cesar, desde que se abandona la dulce e inocente etapa de la niñez y hasta el último parpadeo. Y lo cierto es que para enfrentar, con seguridad, las veredas de la vida no hay manual ni guía que valgan, aunque siempre ayuden la experiencia y las enseñanzas de los que ya las recorrieron. Porque esa es la única referencia verdaderamente fiable que alguien puede encontrar en el plano de lo terrenal, y hasta en el de lo espiritual. Porque, por mucho que los jóvenes pisen fuerte y aprendan rápido, siempre serán sujetos imperfectos, en construcción, y absolutamente inconscientes de lo que les deparará ese mañana en el que, sin duda, habrán de asimilar nuevas y sorprendentes lecciones.

Y es que la novedad, aunque tenga apariencia de ello, no suele ser tal. Porque las piedras con las que tropiezan las nuevas generaciones son las mismas que hicieron caer a las anteriores. Y porque los trampolines hacia la felicidad se siguen impulsando con las mismas energías de toda la vida: el amor, la familia y la salud. Por eso, hay que tratar de no distraerse mucho, ni de perder el rumbo tratando de satisfacer necesidades engañosas o artificiales. Porque el tiempo es finito, y la vida fluye vertiginosamente hacia una inexorable desembocadura. * Diplomado en Magisterio