Sí, sorpréndanse. Ha aparecido una nueva modalidad de copia que consiste en utilizar el teléfono móvil para conseguir de manera ilícita aprobar un examen, la selectividad o una prueba que nos de acceso a un trabajo en estos momentos que las plazas escasean.

La voz de alarma la lanzó el director de la Escuela Politécnica, Luis Mariano del Río , que enviaba un correo a todos los profesores de su centro tras haber tenido conocimiento de varios casos de copia o intento de copia de exámenes vía móvil, con Whatsapp, en su centro. La práctica evidentemente no es exclusiva de este centro ni de nuestra universidad; por ejemplo, en algunas universidades, como la Politécnica de Cataluña, la fiscalía de Barcelona estudia acciones contra una academia privada que tras recibir el examen por Whatsapp, elaboraba respuestas para sus alumnos. No me negarán que la academia no se preocupa por ellos.

Como profesor no me agrada vigilar en los exámenes, como si fuera un trabajador de prisiones, cuando mis alumnos no están bajo sospecha de nada, pero sé que de no hacerlo, la tentación es tan fuerte que algunos acabarían hablando, copiando o al menos intentándolo.

Muchas veces me pregunto por qué tenemos que ir a clase con inhibidores de radiofrecuencia que, sin embargo, no inhabilitan la red wi-fi de la Uex y por tanto de los Whatsapp, y estar pendientes de cada movimiento sospechoso de los alumnos, en lugar de modificar las normativas de exámenes de nuestras universidades, que están tan mediatizadas por el poder de los alumnos en los órganos de dirección de los centros y de la propia Uex que consiguen que prácticamente no exista penalización si te pillan copiando, es decir, te suspenderían en esa convocatoria, que es al fin y al cabo lo que te pasaría si no copiaras.

XEN MUCHASx universidades norteamericanas copiar supone la expulsión de la universidad y dificulta la posibilidad de acceso a otras. El día en que los alumnos se den cuenta de que la permisividad de hacer trampa a los que perjudica a la larga es a ellos mismos, estaremos ante la única posibilidad de poder empezar a cambiar. No se plantearían si el profesor tiene derecho a "incomunicarles" de su sociedad virtual durante las dos horas de duración del examen y se darían cuenta de que su profesor de lo que sí tiene obligación es de velar por que los alumnos no tramposos logren sus calificaciones gracias a su esfuerzo.

De esta manera, la matrícula de honor que exime del pago de tasas sería para el mejor alumno y no para el mejor apoyado por equipos tecnológicos y humanos de refuerzo. Son tasas que injustificadamente hemos incrementado de manera exorbitante, y digo injustificadamente porque en una universidad pública el gasto de la matrícula debe ser un ingreso más y no la fuente principal de financiación de los costes de los cursos, si entendemos la universidad pública también como un servicio.

En fin, que el arte de copiar es cada vez menos arte y más discriminación. Ya no se hacen chuletas de esas sobre las que a veces decíamos "al menos estudian mientras las escriben". Yo he pillado a alumnos con todo el sistema periódico de los elementos escrito en un bolígrafo Bic con ayuda de una aguja enmangada de las que utilizamos en las prácticas de microscopía, y chuletas, que no he sido capaz de leer ni con ayuda de las gafas, escritas con rotring superfinos. Ahora la chuleta es una fotocopia súper reducida o una vulgar copia de los resúmenes, impresa con una letra cuerpo 5 o 6, que los alumnos pueden no haber ni leído siquiera. O peor aún, puede que el alumno simplemente haya realizado una foto de las preguntas del examen y la haya enviado por wasap y le estén dictando las respuesta a un radiotransmisor, los célebres "pinganillos", colocado en el interior de su oreja y que es imposible de detectar o de anular si no es con un inhibidor de frecuencias.

No creo que las universidades estén para hacer gastos en adquirir equipos para luchar contra quienes sí disponen de dinero para comprar y alquilar equipos cuando, como comenté al inicio de esta tribuna, existen otras soluciones más fáciles y justas... y aun no han llegado las Google-glass, las gafas de Google!!!