La iniciativa que estudia la Consejería de Sanidad para controlar el crecimiento del gasto farmacéutico en Extremadura es tan ambiciosa como ideal, si se tiene en cuenta además el objetivo implícito que conlleva la nueva norma por establecer unas reglas de juego diferentes en la relación entre médico, paciente y laboratorios farmacéuticos. Para ello, el equipo de Fernández Vara tiene en estudio fórmulas para incentivar económicamente a los médicos dependientes de Servicio Extremeño de Salud que prescriban principios activos; es decir, aquellos que no hagan constar en la receta el nombre comercial de la medicina, sino su fórmula.

Y es que no sólo el alza del gasto farmacéutico debe estar presente en la mente del administrador a la hora de plantear esta nueva regulación, sino que lo que es ya una realidad consolidada (las especiales atenciones de los laboratorios hacia aquellos médicos que recetan son moneda corriente desde hace años) debe ser redefinida si queremos que los genéricos se implanten de forma generalizada y con éxito en nuestro país. El hecho de que la prescripción de principios activos ronde en estos momentos el 5% del total de recetas dice mucho de la situación.